Jerusalén (EFE).- El Gobierno israelí aprobó hoy medidas de represalia contra los presos de Hamás en las cárceles del país, a causa del fracaso de las negociaciones de un canje para liberar al soldado israelí Guilad Shalit, cautivo en Gaza desde 2006.
"Que seamos la única democracia de Oriente Medio no significa que tengamos que ser los únicos bobos. No debemos mostrar debilidad", dijo Daniel Friedman, ministro de Justicia y promotor de la iniciativa, en la reunión semanal del consejo de ministros.
La medida consiste en quitar a los reclusos de Hamás todas aquellas prerrogativas que vayan más allá del mínimo imprescindible marcado por el Derecho Internacional.
Así, estos presos verán drásticamente limitadas las visitas de familiares y revocadas las posibilidades de estudiar a distancia en las universidades o de hacer exámenes de matriculación en institutos.
Tampoco podrán leer el periódico, escuchar la radio o ver la televisión. Se endurecerán además las directivas sobre entrega de dinero para uso en las cantinas de las cárceles, donde hay en total unos 11.000 presos palestinos.
Las autoridades penitenciarias israelíes anunciaron en la reunión del gabinete que las recomendaciones se comenzarán a aplicar en breve.
Hace dos semanas, Israel y Hamás dieron por fracasados los contactos indirectos con mediación egipcia para lograr un canje por discrepancias sobre el número, la identidad y, sobre todo, el destino de los presos palestinos a excarcelar a cambio de Shalit.
El joven cabo fue capturado el 25 de junio de 2006 por tres milicias palestinas, entre ellas el brazo armado de Hamás, en una base militar israelí cercana a Gaza a la que accedieron por un túnel subterráneo.
Hamás pide la excarcelación de un paquete de mil presos, que incluiría a enfermos, ancianos, mujeres y niños, así como diputados y ministros de su movimiento; y de otro de 450 condenados a cadena perpetua.