Berlín (EFE).- La obsesión por la limpieza de un albañil alemán, que además se pasaba el día poniendo orden, recogiendo la casa y moviendo muebles ha hecho que su esposa le deje plantado y pida el divorcio tras 15 años de matrimonio.
Christian Kropp, juez de familia de la localidad alemana de Sondershausen, al este del país, declaró hoy a la prensa sin dar los nombres de los afectados que nunca había visto un caso igual en su larga carrera como mediador en conflictos de pareja.
La esposa no aguantaba mas que su marido se inmiscuyese permanentemente en las labores del hogar y que asumiera obsesivamente las tareas de limpieza.
La gota que colmó el vaso llegó al parecer hace algo mas de dos años cuando, al regreso de un largo viaje, la esposa se encontró con que el marido había redecorado completamente la sala, derribado un tabique y levantado una nueva pared sin consultarle.
Durante el proceso de divorcio, el hombre argumentó que detrás de un armario surgía mal olor y que al mover el mueble comprobó que la pared estaba enmohecida, por lo que tiró los muebles, derribó la pared y redecoró toda la sala.
La esposa indignada obtuvo el divorcio deseado, dijo Kropp, entre otras cosas porque la pareja se había puesto de acuerdo en el reparto de las rentas y había estado oficialmente separada durante el último año.