La descentralización encaminada en el sistema de salud pública de República Dominicana, con el objetivo de hacer los servicios más eficientes, ha convertido en excluyentes las atenciones en los hospitales del Estado, donde sólo accede el que puede pagar.
El derecho a recibir asistencia de salud, consagrado en la Constitución, se hace cada vez más limitado para los pobres, quienes además de no recibir las atenciones requeridas, en muchas ocasiones mueren por no disponer de los recursos para sustentar los gastos de estudios especializados e internamientos. En casos más extremos ni siquiera pueden comprar los medicamentos recetados.
Por esa causa, una familia pobre del sector Buenos Aires de Herrera, en Santo Domingo Oeste, vio morir a uno de sus hijos mientras pedía a los médicos que lo asistían en la emergencia del hospital Luís Eduardo Aybar, que no lo dejaran morir.
El joven Endy Michel González, de 24 años de edad; quien fue herido de balas, murió al desangrarse en la emergencia del hospital Luís Eduardo Aybar, mientras los médicos esperaban le practicaran una tomografía por la cual la familia debía pagar RD$20,000, que no pudieron conseguir.
Lo dramático del caso es que el hospital Luis Eduardo Aybar no cuenta con un tomógrafo, puesto que todos los equipos para estudios especializados son dispuestos por el Centro Médico Dominico-Japonés, ubicado en el mismo centro, y donde cobran altas sumas por los análisis.
En el Morgan, como mejor se conoce ese hospital, ahora llamado Ciudad Sanitaria, también funciona el Centro Especializado de Gastroenterología, igualmente manejado por los japoneses y donde todos los servicios deben ser costeados por los enfermos.
Según las informaciones sobre el caso del joven Michel González, el personal médico en la emergencia hizo todo lo humanamente posible para salvarle la vida, lo entubaron para controlar la hemorragia e incluso le hicieron una transfusión, pero la falta de la tomografía que le indicaron impidió que le hicieran la intervención que requería.
Cuentan que la familia depositó RD$5,000 para el estudio, pero al no lograr conseguir los faltantes RD$15,000 se negaron a tratarlo.
Mientras sus parientes iban de un lugar a otros en busca del dinero, Endy Michel se debilitaba y empezaba a mostrar signos de muerte, pero los médicos estaban impedidos de actuar, porque no tenían el estudio señalado.
Fue entonces cuando Endy Michel empezó a implorar que no lo dejaran morir, cuyo drama hizo crecer la angustia en su madre, quien decidió pedir el alta para llevarlo a otro centro de salud.
Del hospital Luís Eduardo Aybar lo trasladaron a la Plaza de la Salud, pero ya era demasiado tarde, Endy Michel había perdido toda su sangre e irremediablemente no se podía hacer nada para salvarle la vida.