El director del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA), Rubén Bichara, afirmó este martes que en República Dominicana no puede hablarse de competitividad con salarios tan bajos, y reconoció la necesidad de desmontar una serie de cotizaciones que tienen los empresarios garantizadas en el nuevo régimen de Seguridad Social.
Bichara precisó que con el desmonte se busca eliminar la doble cotización del sector privado, el cual continúa pagando algunos beneficios laborales que se cobran a través del régimen de la Seguridad Social.
El director de PROINDUSTRIA dijo que el Gobierno debe atacar el costo de la canasta familiar para darle más valor a los sueldos de los empleados. Sostuvo que el tema de reducir los beneficios logrados por los empleados es una idea que nunca ha ganado el consenso en el país.
Expresó que las partes deben entender que en República Dominicana el 92% de los trabajadores gana menos de 27 mil pesos, por lo que debe buscarse un punto de equilibrio.
“Este es un tema muy complejo, con muchas aristas para ser ventilado en opiniones sueltas como están hasta ahora. Lo que debe hacerse es sentarse en una mesa a dialogar y consensuar con los actores para corregir las anomalía”, puntualizó.
Bichara destacó que los “pro y los contra” deben discutirse a través del diálogo, ya que ambas partes pueden tener razón, pero que deben recordar que de frente tienen en la actualidad una crisis mundial.
Consideró que tanto el sector privado como el público deben trabajar unidos para mantener el empleo ante esa crisis mundial, como forma de enfrentar los efectos negativos del problema generado por los sistemas financieros de los países desarrollados.
Enfatizó que los esfuerzos que hace el Banco Central para reducir los intereses de la tasa de interés deben ser correspondidos por la banca nacional.
Exhortó a los bancos ajustarse a la crisis, ya que los niveles de ganancias no pueden ser los mismos que predominaban antes de los efectos de esa problemática mundial.
El director de PROINDUSTRIA manifestó que el alto costo del dinero imposibilita la reducción de los precios en los distintos artículos, a pesar del desplome en los precios del barril de petróleo.
