NUEVA YORK.- Costó 1,500 millones de dólares y en cada rincón se puede apreciar porqué se dice que se asemeja a una catedral.
Con computadoras portátiles en cada uno de los casilleros de los jugadores, un Hard Rock Cafe entre sus atracciones y boletos individuales con un valor sobre los 2.500 dólares, los Yankees de Nueva York inauguraron este jueves su nuevo Yankee Stadium.
Majestuoso en todo el sentido de la palabra, el estadio más caro de las Grandes Ligas no defraudó en cuanto a impresionar a propios y extraños.
A lleno completo en su aforo de 52.325 asientos, el día no pudo ser más perfecto con un sol brillante en la calle 161 del barrio del Bronx y en el que los Yankees esperan festejar dentro de seis meses su 27mo campeonato de Serie Mundial.
Los jugadores de los Yankees no puede quejarse por falta de espacio y lujos en sus instalaciones, que incluyen piscinas y espaciosas jaulas para practicar bateo detrás de las casetas.
Varias horas antes del inicio del juego vespertino, los fanáticos colmaron los alrededores del estadio que desde su exterior reluce con su fachada de granito y caliza, y situado al cruzar la calle del anterior recinto que aún sigue en pie.
Ingresar al estadio fue tortuoso por las largas colas, pero la espera valió la pena. Hay de todo para el aficionado, con un restaurante de parrilladas, bares de todo tipo y un café en las tribunas del bosque central. También hay 67 suites preferenciales que cubren de derecha a izquierda.
"Yo diría que es el estadio completo, hecho a la perfección", comentó Robinson Canó, el segunda base dominicano de los Yankees. "No podría escoger algo que sea lo mejor, porque todo es espectacular".
En el inmenso clubhouse, sus compatriotas relevistas José Veras y Dámaso Marte tecleaban en sus laptops en procura de empaparse con las alineaciones y reportes estadísticos sobre los Indios de Cleveland, sus rivales del día.
"No te puedes quejar de nada", dijo Marte.
Reggie Jackson, uno de los 40 ex Yankees que estuvieron presentes en el juego, lo resumió con una alusión a a la personalidad del propietario del equipo: "Se construyó al mejor estilo de George Steinbrenner … Hay que gastar el dinero y hacerlo bien".
El honor del primer lanzamiento fue para Yogi Berra, el legendario ex receptor de 83 años, acompañado por el capitán Derek Jeter.
Aparte de estar en el grupo de ex jugadores presentes, el puertorriqueño Bernie Williams interpretó con guitarra un tema musical. El ex jardinero se ha abocado a una carrera artística y esta semana sacó a la venta su segundo álbum de música instrumental.
La cantante pop Kelly Clarkson fue la encargada de entonar el himno nacional.
El primer juego tuvo como abridores a los dos últimos ganadores del Cy Young en la Liga Americana. CC Sabathia, por quien los Yankees desembolsaron 161 millones de dólares por siete años, subió al montículo contra Cliff Lee de los Indios de Cleveland.
Después de un out en la parte baja del primer inning, Johnny Damon hizo historia al conectar el primer hit en el estadio, un sencillo al jardín central.
Y el primer cuadrangular en la instalación lo conectó un latino, el receptor boricua de los Yankees Jorge Posada, en la quinta entrada.
Luego que el año pasado quedaron fuera de los playoffs por primera vez desde 1993, los Yankees confían que su inversión produzca dividendos inmediatos.
¿Existe presión para cumplir con semejantes expectativas? Según el coach de banca Tony Peña, el equipo no puede distraerse en los
lujos a su alrededores y discusiones por tener la nómina más cara.
"No pensamos en cuánto costó construir este estadio y cuánto costó traer a un pelotero", dijo el coach dominicano. "No perdemos tiempo en eso. Nos enfocamos en estar tranquilos y concentrados en cómo ganar series. Tenemos talento grande en nuestras manos".