El Partido Revolucionario Dominicano sabe donde está, lo que quiere y hacia dónde va.
El Partido que produjo el líder de masa más grande del país tiene claro su objetivo, sabe que al gobierno peledeísta cada día se le cierran las posibilidades de continuar en el poder más allá del 2012.
El PRD tiene visualizada su meta, está primero, sintonizando con sus bases, para luego tomar las calles de cara a ganar las elecciones de medio término, las que luego le permitirán trillar la ruta hacia la toma del poder político.
El PRD sabe que lo que se lee en su interior es una copia original de percepción, igualita a la que el gobierno esgrime, lo que representa una aventura, por lo que hay que recordar que la experimentación de ésta, puede crear estimulación psicológica en el individuo, que puede ser considerada contraproducente, por ejemplo: el miedo.
El 14 de junio es la fecha que marcará el inicio de la carrera de la institucionalidad y cerrará las puertas a la improvisación y a la aventura y los que se exponen, saben que es una experiencia de naturaleza arriesgada normalmente compuesta de eventos inesperados. Una aventura consta de tareas arriesgadas, situaciones difíciles y desenlaces fatales.
A partir de las últimas comisiones políticas, el PRD ha venido dando finas señales de su fortalecimiento institucional, cuando fue capaz, por unanimidad de escoger por encima de la aventura, la Comisión Organizadora de su Vigésimo Séptima Convención para escoger a sus autoridades. Exactamente, hace diez años, en 1999, se celebró la Décimo Séptima Convención, donde fue escogido el que después ganó la presidencia de la República.
El PRD está marcando la pauta, porque también, despojado de aventura, recordamos que fijó postura frente a la desdichada “Cumbre de las Fuerzas Vivas”, montada por el partido en el poder.
La militancia perredeísta no debe confundirse, ni dejarse abrumar por la aventura, porque la carrera del PRD no es por la presidencia del país, sino, por la presidencia de esa entidad política.