En días pasados se le dedicó una fecha a la Tierra y como parte de la conmemoración se habló de cómo el cambio climático operaba sobre la salud pública. El ejemplo en cuestión fue el incremento de los casos de cólera en África, donde el aumento de la temperatura en un 4,9% se cataloga como causa directa del número de enfermos, según estudios.
Para los expertos, existe una relación directamente proporcional entre el incremento de la temperatura antes del período de las lluvias y la cantidad de infectados en las poblaciones.
Es la primera vez que se habla en voz alta de la manera en que el aumento de la temperatura ambiental acrecienta las epidemias. Pero, según Miguel Ángel Luque, investigador del Instituto de Salud Carlos III de Madrid (ISCIII): "El cambio climático está afectando de manera clave en la dinámica y resurgimiento de las enfermedades infecciosas, en concreto al paludismo y al cólera”.
Lamentablemente, enfermedades que al parecer ya habían sido erradicadas, continúan apareciendo con nuevos brotes, calificados como “los peores de la historia”, que significan un gran problema para la salud pública. El siglo XX tuvo, desde su comienzo, tal y como reflejan datos de la OMS “un aumento preocupante del número de casos de cólera en todo el mundo “.
Aunque el principal foco de la epidemia de cólera se encuentra en Zimbabwe, el mundo entero vive las expectativas de un universo que se tambalea ante tantos maltratos.
Este 22 de abril se celebró, una vez más, el Día de la Tierra, a fin de recordar la importancia de cuidar al planeta y protegerlo de tantas humanas amenazas.
A los propósitos de “alcanzar un futuro libre de carbono basado en las energías renovables, el compromiso individual a la responsabilidad y el consumo sostenible, y la creación de una economía verde”, se suman estas tristes realidades que reflejan epidemias y padecimientos agudizados o provocados por los cambios climáticos y que, a fin de cuenta, no sólo amenazan a los pueblos tercermundistas, sino al mundo entero…