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El Papa viaja a Tierra Santa tras la polémica sobre holocausto y Pío XII

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Ciudad del Vaticano.- El Papa viaja a Tierra Santa cuando se mantiene la polémica por la negación del holocausto por parte de un obispo y hay una foto de Pío XII en el museo de la Shoah en Jerusalén en la que se le acusa de callar ante el genocidio nazi.

Benedicto XVI, que ya visitó Tierra Santa en 1964 cuando era sacerdote y en 1992 y 1994 como cardenal, desea "vivamente" peregrinar por los lugares de la Salvación como Papa y será el tercero de la historia que lo haga, tras Pablo VI, en 1964, y Juan Pablo II en el año jubilar 2000.

El Obispo de Roma vuelve en medio de las dificultades del proceso de paz entre israelíes y palestinos y sin que se hayan resuelto los problemas entre Israel y la Santa Sede en el "Acuerdo Económico" que debe establecer los derechos y los deberes de las comunidades católicas en Israel sobre impuestos y propiedades.

Pero la peregrinación, como la ha definido el Vaticano, está precedida por el escándalo desatado por el prelado tradicionalista Richard Williamson y las duras críticas de Israel a la Santa Sede por participar en la reciente cumbre de la ONU sobre el racismo, en la que el presidente de Irán acusó al estado judío de "racista".

Williamson, uno de los cuatro obispos cismáticos a los que Benedicto XVI levantó la excomunión en enero pasado, negó, coincidiendo con el gesto papal, las cámaras de gas y dijo que sólo 300.000 judíos y no seis millones murieron en los campos de concentración nazis, "y ninguno gaseado".

Sus declaraciones pusieron en pie de guerra a la comunidad judía internacional y desencadenó una oleada de críticas al Vaticano y al Papa, entre ellas de destacados políticos europeos, como la canciller alemana Angela Merkel.

El Rabinato de Israel rompió relaciones con el Vaticano y destacados rabinos denunciaron que con Benedicto XVI la Iglesia está cancelando 50 años de diálogo comenzado con el Concilio Vaticano II.

Benedicto XVI se vio obligado a salir a condenar una vez más el holocausto, la comunidad judía agradeció sus palabras y la polémica quedó superada.

Pero semanas más tarde volvió a desatarse otro temporal, evidenciando como a pesar de las buenas palabras, el recelo subsiste en las relaciones entre ambos estados: Israel criticó duramente que la Santa Sede asistiera a la cumbre de la ONU de Ginebra y su representante no abandonara la sala cuando el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, acusó de "racista" a Israel.

De nuevo el Vaticano tuvo que salir a defenderse, señalando que la conferencia era una ocasión para la lucha contra el racismo y la intolerancia", a la vez que criticó las palabras de Ahmadineyad, que consideró "inaceptables y extremistas".

Otro obstáculo, al menos públicamente, superado.

Sin embargo, las que no están superadas son las críticas judías a Pío XII, que gobernó la Iglesia durante el nazismo y a quien los judíos acusan de antisemita y de no haber elevado la voz con más fuerza contra Hitler, algo siempre negado por el Vaticano.

En el museo del Memorial del Holocausto Yad Vashem, de Jerusalén, hay una fotografía de Pío XII con un polémico epígrafe en el que se le acusa de haber callado mientras millones de judíos eran conducidos a los campos de exterminio.

Ante la visita, líderes religiosos católicos pidieron al Papa que no viajara hasta que Israel quitase esa foto, que la mantiene.

Al final se ha encontrado una "via di mezzo" (camino intermedio): Benedicto XVI visitará el memorial, pero no el museo.

Aunque se intentó que la visita coincidiese con la firma del acuerdo sobre exención fiscal y de propiedad para los edificios de la Santa Sede en Tierra Santa, éste todavía no se ha alcanzado.

Israel y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas en 1993. El aplazamiento de estos acuerdos ha generado "frustración" en la Santa Sede, según dijo el Nuncio en Tierra Santa, Antonio Franco. EFE

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