El estrés mental derivado de las emociones negativas, como la ira, causa cambios en el corazón de ciertas personas que pueden traducirse en un mayor riesgo de arritmia y paro cardíaco.
Esa es la conclusión de una investigación de la Universidad de Yale publicada en el Journal of the American College of Cardiology.
Estudios previos habían alertado de la existencia de una mayor incidencia de muerte súbita cardíaca en momentos de gran estrés mental para la población (guerras, terremotos). Sin embargo, los científicos aseguran que esta investigación aporta por primera vez pruebas sobre la relación entre las emociones intensas, las arritmias y los paros cardíacos.
El equipo investigador sometió a una prueba de estrés mental inducido a 62 pacientes que tenían implantado un desfibrilador cardioversor, un mecanismo que restablece la velocidad normal del corazón y que se utiliza en personas con problemas de arritmias.
Tres meses después de la implantación del desfibrilador, los científicos pidieron a los pacientes que rememoraran una situación reciente en la que hubieran estado irritados o enfadados.
En ese momento midieron la estabilidad eléctrica del corazón a través de un tipo de ondas, llamadas TWA, e hicieron un seguimiento de 37 meses para comprobar quiénes sufrían arritmias que requirieran la actividad del desfibrilador.
Un 16 por ciento de los individuos necesitó de la acción del desfibrilador y fueron precisamente aquéllos que mostraron mayores niveles de ondas en la prueba.
»Los pacientes con niveles más altos de ondas TWA inducidas por la ira tuvieron más probabilidad de experimentar arritmias que necesitaron de la respuesta del desfibrilador», apunta el estudio, un riesgo que puede llegar a ser hasta 10 veces mayor que en otros pacientes.