La actividad y el ejercicio político tanto a nivel de los Partidos como en las diferentes carteras del Estado, tienen exceso de “testosterona”. Es tiempo y, me parece hasta insólito en el mundo actual escribir al respecto.
Pero la casi ausencia o muy discreta y tímida participación de la mujer en las tomas de decisiones-evidentemente-notoria en los Partidos políticos, me parece que algo debe estar fallando en la sociedad dominicana.
Puede ser que una mayoría importante de las mujeres dominicanas aun sabiéndose capaz y preparada no quiera inmiscuirse en estos menesteres ó que estos menesteres no la ubiquen física y participativamente en el acontecer nacional. Que sus opiniones y capacidad de trabajo así, como su reconocida intuición, prudencia y acierto; oportuno e indispensable además de necesario no sea puesto o utilizado al servicio nunca suficiente de nuestro pueblo.
Esto no quiere decir que por el hecho de ser mujer tenemos que estar como se dice aquí en “todos los saraos”, no, no me refiero a eso, eso sería sencillamente aplicar lo de “correcto políticamente”. Pero qué está pasando con prácticamente la invisibilidad de la mujer en el ajetreo político a nivel nacional en todos los Partidos políticos.
Es que se huele, se palpa, se siente, se lee, se ve un exceso de hormona masculina en el quehacer de la vida política del país. Sabemos que en la vida, debe haber en todo un equilibrio y la política en su más alto nivel no es la excepción.
Insisto: hay una sensación avasalladora, diría dominante si queremos exagerar y sólo de “mucho apoyo”. A dónde quiero llegar, fácil. El voto femenino ha sido siempre-inteligentemente-buscado por todos los candidatos de la historia política partidista de nuestro país. Debido a que es un voto sincero y ferviente, y lo más interesante poco ambicioso a nivel personal, es decir, una ganga!!!
Nos conformamos con tan sólo ser el “granito de arena” y, por tanto, con ello contribuimos a la conducción y al logro por el cual tan vehemente fuimos tan forofas durante meses de ardua campaña. Pienso y me corrigen si me equivoco, que en cierta medida somos más machistas que algunos hombres ó por lo menos, debemos darle esa impresión a los dirigentes y líderes hombres.
Seguimos siendo arropadora, fiel incondicional, protectora y sublime, el hombro a arrimar. Nos cuesta adherirnos al debate, a ser el ridículo público, a ser herida verbalmente, a que se vulneren nuestra integridad como mujer, no, no eso se los dejamos a ellos!!!. Nosotras nos limitamos a respirar embobadas y aplaudir y, formar parte de la multitud de una fotografía que sale en todos los medios.
Tenemos que cambiar como se dice el “chip”. Debemos atrevernos por sí mismas, a perder el miedo escénico, a dar un paso más….porque de lo contrario seguiremos siendo una minoría donde debe haber paridad (mitad hombres y mitad mujeres), en todos los puestos electivos a nivel de los Partidos y en la administración pública en todos los escalafones.
Como nos gustan las referencias y hasta creo que nos sentimos acomodados refutando que la República Dominicana no es USA ó Europa. Pues tenemos antecedentes en nuestra región desde hace varios años en Centroamérica (Nicaragua). Suramérica actualmente con dos presidentes mujeres y, en Panamá a la líder de la oposición!!!
Los tiempos de las protestas con las ollas no voy deslegalizarla y, menos aun, a restarle un mérito que pudo ó aun puede ser puntual….
Sólo que deberíamos ir “cogiendo al toro por los cuernos” ya!!! Madrid-España.