El Ayuntamiento del Distrito Nacional reconoció como Hijo Ilustre de la Ciudad de Santo Domingo y entregó el Escudo Heráldico al destaco industrial y empresario de las telecomunicaciones José Luis Corripio Estrada –Pepín- en una ceremonia encabezada por el síndico Roberto Salcedo.
La entrega de ambos galardones es como reconocimiento a los notables aportes del empresario español a la sociedad dominicana.
El homenajeado dijo sentirse orgulloso del reconocimiento que le hizo el Ayuntamiento del Distrito Nacional y proclamó que “mi amor por este país es como mi misma vida, negarlo es como negarme yo mismo”.
Rememoró los días en que creció en la ciudad, cuando Santo Domingo tenìa apenas unos 50 mil habitantes y se llegaba a pie a cualquier destino dentro del Distrito Nacional. “Esta ciudad y nosotros crecimos al unísono. A mi me ata la ciudad como también me atan sus habitantes”, expresó Corripio.
Resaltó que Santo Domingo es una ciudad que más reconocimiento ha logrado a lo largo de la historia, “y que se me reconozca como uno de sus hijos es, para mí y mi familia, un alto honor”.
Tras entregarle a Pepín Corripio la placa que lo declara Hijo Ilustre de la Ciudad de Santo Domingo, el síndico Salcedo afirmó que para él esta es una noche especial.
Destacó que la ciudad no es sólo monumentos. “También hay personas que son un monumento y uno de ellos fue Don Manuel Corripio (padre de Pekín) y hoy nos toca reconocer a uno de sus hijos: Don Pepín Corripio”.
Expresó la satisfacción inmensa de reconocer a un hombre que como el señor Pepín Corripio ha hechos grandes aportes al desarrollo de la República Dominicana.
Lo definió como “uno de de los más importantes capitanes de empresa en República Dominicana” con aportes significativos al desarrollo económico, social “y por qué no, político” del país.
Resaltó que el nombre de Pepín Corripio y el ejemplo que ha legado su familia al progreso del país están escritos con letras de oro, porque tanto él como sus progenitores y la nueva generación de los Corripio han sabido corresponder con creces al desafío de enrumbar al país por senderos de progreso.
Pepín Corripio llegó a República Dominicana en 1938, cuando tenía apenas cuatro años de edad. Nació el 12 de marzo de 1934 en Asturias, España. Hijo de los señores Don Manuel Corripio y Doña Sara Estrada.
Su familia se había establecido en suelo dominicano en 1917. Completó sus estudios del bachillerato en el Colegio Dominicano de La Salle, donde se distinguió siempre por su aplicación y méritos académicos, así como por la aptitud para la comunicación, habiendo dirigido el Club de Oratoria del Colegio y la Academia Literaria Cervantes. Esta vocación temprana se ha mantenido como característica especial de su carácter, abierto al diálogo y al intercambio de ideas y experiencias con los más diversos sectores e individualidades de la colectividad nacional.
Luego realizó estudios superiores en la Escuela de Peritos Contadores, desde 1951 a 1955, y cursó también tres años de derecho en la Universidad de Santo Domingo, de 1951 a 1953.Paralelamente con sus estudios, el joven Pepín Corripio cumplía con sus obligaciones familiares al auxiliar a su padre en sus negocios. Desde siempre demostró amor por el trabajo, lo que lo llevó a convertirse en uno de los principales capitanes de industria de la República Dominicana.
Pepín Corripio ya a los 15 años dio pruebas de su preparación empresarial durante un viaje de sus padres a España, al regentar exitosamente el negocio de la familia durante ese período. Desde joven dio señales de su aptitud excepcional para la actividad empresarial, debido a su gran capacidad de negociación y su intuición para prever la dirección de los cambios locales e internacionales, así como la conveniencia o perjuicio que puede derivarse de una transacción comercial.
Pepín aprovechaba los momentos de descanso para conversar con sus progenitores, y aprender de don Manuel y doña Sara los secretos y experiencias del negocio que, como Pepín mismo ha confesado, constituyeron su mejor escuela de formación empresarial.
A esa herencia invaluable, Pepín une su organización personal meticulosa, la disciplina en todos los órdenes de su actividad cotidiana, y esa capacidad poco frecuente de darle importancia a todos los detalles, a todas las personas que trabajan en sus empresas, cualidad que ha constituido uno de los puntuales de su éxito profesional. Es un hombre sencillo y afable, de un vigoroso carácter que apela siempre a la persuasión con sus interlocutores.
Aparte de la dirección de Grupo Corripio, con intereses industriales, comerciales, financieros, mediáticos y culturales, y filantrópicos, don Pepín recientemente añadió la agroindustria a sus intereses empresariales. Pocos empresarios, dominicanos o de cualquier parte, poseen una gama tan amplia de negocios, todos exitosos, como don Pepín Corripio.
Don Pepín Corripio está casado con doña Ana María Alonso de Corripio, de cuyo su matrimonio nacieron Manuel, José Alfredo, Lucía y Ana, a quienes por igual ha inculcado su amor al trabajo.
Pepín Corripio ha recibido varias importantes condecoraciones, entre ellas la Gran Cruz de la Orden de Cristóbal Colón, del gobierno dominicano; la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, del Reino de España; y la Orden del Mérito en el grado de caballero, del gobierno francés. t
Del mismo modo posee innumerables reconocimientos, entre los cuales están el Canoabo de Oro de la Asociación Dominicana de Periodistas, el Guachupita de Oro como empresario del año, en 1995; y el premio de artes gráficas “Benjamín Hurtado Echevarría” de Valdivia, Chile, recibido en el 2001, el mismo año que fue escogido empresario gráfico del año en su propio país. Es además doctor en derecho, honoris causa, por la Universidad O&M, desde 1997. También fue condecorado por el gobierno dominicano con la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Oficial.