SANTIAGO.-La procuradora del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de Santiago, Antia Beato, prometió que tan pronto se conozcan los resultados de la investigación en el reclusorio para menores de la Yagüita de Pastor, donde murieron dos adolescentes calcinados, se tomarán las medidas correspondientes y los responsables recibirán las acciones que el caso amerita.
Beato dijo que las investigaciones concluyeron y que este fin de semana el procurador general de la República tendrá en su mano los resultados para que se tomen las medidas de lugar.
En ese orden, la magistrada aseguró que la verdad saldrá a relucir porque las investigaciones se hicieron con transparencia.
El pasado 20 de mayo, en la antigua granja de Pastor, donde funciona el Centro de Rehabilitación de Adolescentes en conflicto con la Ley, se desató un incendio en la celda que compartían los menores Jean Luis Cabreja Mosquea y Jefry Leo Marin Díaz, resultando con quemaduras de primer, segundo y tercer grado en más de un 90 por ciento de sus cuerpos, falleciendo días después en el área de Quemados del Hospital Arturo Grullón.
Cabrera Mosquea murió el sábado en la madrugada, mientras el deceso de Marin Díaz ocurrió este miércoles.
En el sepelio de Jean Luis, sus padres Norberto Cabreja e Hilda Mosquea, reclamaron justicia y denunciaron que los dos adolescentes fueron quemados intencionalmente por los custodias y que además la Policía lanzó una bomba lacrimógena en la celda.
Las autoridades afirman que los menores recluidos en el centro se amotinaron protestando la falta de agua.
Sin embargo, sus familiares afirman que en el centro no hubo ningún motín o escándalo, sino que un incendio fue provocado por los custodias del lugar y denunciaron que los menores que guardan prisión allí son maltratados.
El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos en Santiago, Dionisio Jerez, dijo esperar que los resultados de las investigaciones que se hacen sean transparentes y ajustados a lo que realmente ocurrió.
Dijo que los familiares y otros menores niegan que se hayan amotinados, pero que aún haber protagonizado el incidente, los miembros de la seguridad del penal no tenían justificación para lanzar una bomba lacrimógena en la celda.
Según Jerez, los informes que dispone dan cuenta de que los menores comenzaron a tocar sobre los barrotes el candado que sujeta la puerta de entrada a la celda, protestando la falta de agua.