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Madre

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Crecimos junto a tu regazo y hasta medimos nuestra estatura con tus pechos. Hemos sentido tus caricias y también tus castigos oportunos. Te atañe la universalidad y esa parte insustituible que nos salva.

Estás siempre, no importa si las sonrisas acompañan nuestras sendas, o el desaliento ataca indolente. Ahí te quedas, por si desistimos, nos cansamos o por si falla la existencia del otro lado del absurdo.

Alguien narró alguna vez la impresión de aquella celeridad con que cambias el momento. Del delantal húmedo donde sacas las manos firmes y de seda, aún húmedas para entregar el abrazo único e irrepetible, sin un reproche por tantos días de ausencia.

¿Y qué decir del regreso tras las horas de trabajo y las luchas cotidianas? Con tonos grises en tus ojos, dejas el ahora del descanso y atiendes nuestros pedidos sin decir nada, sin quejas.

Ustedes son mucho más que la integridad de un concepto histórico. Siempre Madres.

En las Guerras independentistas, en la resistencia antitrujillista, estuvieron en primeras filas. Y nunca se escribirá lo suficiente de aquella presencia femenina en el reclamo por la vuelta de la constitucionalidad, integrando las fuerzas populares que encabezaron la hermosa revolución de abril del 65.

René del Risco inmortaliza con poesía lo que tantos quisimos decir: Compañera, / estoy pensando / que morir nada nos cuesta, / que puede un golpe de plomo/ igual que un golpe de seda/ romper tu pecho y el mío/ esta noche, compañera…/

Otros muchos versos han quedado en el camino, dedicados a ese amor que trasciende y hace grande el corazón humano. Madre mía, / te observo en mis voces altas y en los silencios baldíos/. Casi toco fondo/. Pero, confieso que en tu ausencia me consuela saber que estás, / siempre estarás, madre mía/.

Mujer, amiga, política, empresaria, compañera. Esta tierra se honra de tenerte y te felicita en esta fecha y siempre, como lo mereces Madre nuestra, Madre mía.

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