Este 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil y otra vez el tema reposa sobre la mesa de las reflexiones.
Una vez más, la imagen se multiplica por las avenidas, donde se aglomeran y conviven en la cotidianeidad, como parte de un entorno nebuloso, que crece por día. Pueden ser menores haitianos o dominicanos, de ambos sexos. Se apresuran sobre los autos, en provecho de la luz roja o de los tapones y abordan con agilidad extraordinaria los vehículos. Tocan cristales, gritan para ser oídos. A veces se exasperan cuando ven que nadie les presta atención y así, el tiempo pasa…También pasan los años donde el aprendizaje es más provechoso.
Según UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), más de 100 millones de niños y niñas deambulan por las calles y unos 40 millones residen en América Latina. Se plantea, además, que casi la mitad inhala pegamento para el calzado y otros narcóticos.
Habría que preguntarse lo que desde hace tiempo se formula como acusación a la República Dominicana, denominada “bazar de intercambio de menores con destino a la mendicidad” y donde la Organización Internacional para las Migraciones, señala que “más de dos mil niños abandonan cada año Haití para ejercer de mendigos” y “por cada uno de ellos, los traficantes, establecidos en la frontera, ganan de 60 a 80 dólares”, con la anuencia de los padres.
Instituciones y entidades humanas trabajan e intentan dar soluciones a estos problemas, que implican ayuda económica, un centro de salud infantil y un aula y material básico para impartir una educación mínima. Pero, esto es insuficiente, como deficientes son las políticas del Estado que incluyan albergues para recepcionar a estos seres y ayudarles a encauzar sus vidas.
La OIT lamenta que, a pesar de que haya disminuido el trabajo infantil, la crisis económica actual erosiona estos avances. En la República Dominicana es hora de que el Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes, funcione como Dios manda, junto a otras leyes más. Sería la mejor manera de celebrar este 12 de junio el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.