Santiago.- Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la diócesis de Santiago, pidió este jueves se haga justicia a favor de las víctimas de los recientes hechos de sangre ocurridos en esta zona.
El reclamo de la máxima autoridad religiosa de esta demarcación se produjo al pronunciar la homilía, en la misa concelebrada que, con motivo del Corpus Christi, fue llevada a cabo en el estadio Cibao, con la asistencia de miles de feligreses, quienes previamente marcharon por calles y avenidas, hasta llegar al centro deportivo.
Dijo que se debe hacer justicia con aquellos que han provocado muertes innecesarias, para que reparen los daños que han hecho “porque la mucha sangre derramada en los territorios de esta arquidiócesis está clamando a Dios desde el suelo”.
Consideró Monseñor de la Rosa y Carpio que esas muertes no pueden ser inútiles y que deben ser reparadas. “Sus autores deben pagar el precio de la justicia por ellas mientras que las víctimas, según el mandato de Dios, deben perdonarlas”.
El prelado católico sugirió que se levante un muro en esta ciudad donde se recuerden a las víctimas de la violencia en esta región “a fin de que sean reparados los daños hechos a ellas, a sus familias y a la comunidad”.
Sobre el muro-memorial sugerido por de la Rosa y Carpio, que habrá de estar junto al monumento que se está erigiendo en honor al padre Emilia Tardif, sugirió que contenga nombres de los que han muerto violentamente y que diga: “muertos a destiempo por la violencia”.
Dijo que, con el propósito de que la memoria tenga siempre presente a esas víctimas, recientemente sugirió al síndico José Enrique Sued que fuera erigido dicho muro, lo que fue aceptado por la autoridad municipal.
“En este día, que recordamos la sangre de Cristo, hemos de recordar la sangre de sus hermanos muertos por la violencia, que se fueron a destiempo de esta tierra, que están reclamando al cielo y que no podemos echar más tierra ni podemos olvidarlas”, agregó.
“Los que han sido víctimas de las muertes violentas y los que caminamos con miedo por las calles de Santiago hoy proclamamos la esperanza de que esa sangre será reparada, no será inútil y será redentora”, proclamó de la Rosa y Carpio.
