Una interrogante se abre paso entre dominicanas y dominicanos, a veces en voz alta, otras en soliloquio y las más, en total monólogo: ¿sabrá el presidente Leonel Fernández hacer frente a la crisis económica que afecta al mundo y con golpes singulares a la República Dominicana?
Se conoce a través de la prensa nacional que serán emitidos 1, 000 millones de dólares en bonos soberanos en los mercados capitales, a fin de enfrentar, o al menos intentarlo, el déficit fiscal.
Pesa en este análisis, el hecho de que la cifra de los ingresos fiscales en los primeros cinco meses del actual año sea inferior en 6, 400 millones de pesos según lo estimado, y en el doble de dicha cifra en relación con el período anterior.
A ello se añade que las remesas, esenciales en el fortalecimiento de la economía dominicana, al igual que el turismo (principal fuente de divisas, cayó en un 7,8% en los primeros tres meses de 2009); la industria local, las zonas francas, entre otros ejemplos, también muestran números que han estado “cuesta abajo” y la construcción descendió en una escala del 21,9% en el primer trimestre.
Optimistas y prometedores han sido los discursos del presidente Fernández, sobre todo esos que la población dominicana ha esperado con particulares expectativas, dadas las condiciones que vive la humanidad.
Las frases del mandatario han estado plenas de convicciones en torno a una calma aparente que dista de la realidad y prometen una salida rápida, más aún de lo previsto.
Es que, no se trata de alarmar, si no de informar y vivir con los pies en la tierra, aún cuando cada quien intente alcanzar y hasta tocar las estrellas.
Se habla de contradicciones entre el presidente dominicano y una parte de su equipo económico; en tanto que “la maraña de deudas y subsidios del sector eléctrico, la caída de las recaudaciones y las dificultades para obtener los desembolsos de los recursos prometidos por los organismos internacionales, mantienen a cada quien en la línea media entre los sueños y las realidades”.
