La especie humana en su desarrollo evolutivo ha normado su existencia con tratados, constituciones, leyes, reglamentos, normas, acuerdos, apalabraos, etc… Para evitar la confusión, el desorden y el engaño; para poder actuar lo más apegado a la verdad, contamos con una superestructura jurídica sumamente fuerte y sobre todo, contamos con principios éticos y morales donde ante cualquier acción de la vida, nadie puede alegar desconocimiento o ignorancia.
Aún con todo lo antes expuesto, existen individuos que manipulan esta realidad, valiéndose de subterfugios, embelecos, engatusamientos, para lograr resultados espurios, fraudulentos, a favor miembros corruptos que se inventan estructuras sin soporte legal y actividades científicas, para solicitar ayuda económico a diferentes instituciones a nombre del prestigio del CMD y al final lucrarse con su excedente, siendo lo más penoso que estos actos culposos (actus reus), cuentan con una mente culposa (mens rea)como apoyo, lo que los coloca en flagrante delito.
Vamos a diferenciar lo que es un aval y ser parte de una actividad. La planificación de cualquier actividad científica supone un equipo coordinador, un presupuesto, solicitudes de ayuda económicas a diferentes instituciones, aval académico, aval gremial, entre otros.
Lo primero es lograr el aval, lo que implica que las instituciones depositarias de este recurso, apoyan y se comprometen con puntuación académica o gremial para los participantes (este es el mejor beneficio del participante), el solicitante del aval debe tener la documentación legal como: asamblea constitutiva, estatutos notariados y decreto de constitución de sociedad con o sin fines de lucro o una resolución que lo acredite como parte (filiar) de otro conglomerado.
Lo segundo, es gestionar los recursos económicos, que si cumplen con los requisitos antes expuestos y son independientes, pueden recibir estos recursos de forma directa, si pertenecen a otra institución recibirse a nombre de esta última, la cual la hace compromisaria y los recursos deben ingresar por la caja de la institución madre y desembolsarse en función de la justificación del gasto; cualquier excedente de recurso tomará la ruta de entrega el grupo organizador, si está reconocido o de preservación en la institución si no lo está, ya que estos recursos pertenecen a todos los miembros, por ser estos obtenidos por el prestigio que tiene la institución ante los colaboradores.
Cualquier institución de prestigio que proporcione aval y/o recursos financieros a terceros, debe asegurarse de que el solicitante cumple con los requisitos pertinentes, así evitamos las estafas, la prevaricación, la corrupción, el desprestigio y todas sus implicaciones.
El hecho de entregar un excedente de medio millón de pesos (m.o.) a una persona, sin reunir los requisitos de lugar y violándose todos los procedimientos, las leyes y sus normas, nos mueve a suspicacia, no es posible que el presidente del CMD desconozca la ley 68-03, que en su artículo 8, párrafo III dice, citamos: “ Ninguna acción, ni ninguna documentación del colegio será considerada legal sino está amparada por resoluciones de la Junta Directiva del Colegio” o en donde el articulo 9 letra b, lo instruye a: “ firmar, junto al secretario general, las correspondencias y demás documentos oficiales del CMD”, la exclusión del secretario general de los procedimientos de erogación de recurso fue consciente y con este acto culposo y esta mente culposa, estamos frente a un delito. Estas fechorías deben ser enfrentadas con responsabilidad para salvar nuestro prestigio, nuestra ética y nuestra moral como institución.
Parecería que estamos desprovistos de un departamento legal que suministre la asesoría eficaz y oportuna para que estos desmanes, en perjurio de un colectivo, cesen y que desleales y apóstatas sean confinados a practicar principios y valores apegados a las buenas costumbres, que son demandadas e imploradas por nuestro CMD, nuestra profesión, nuestras familias y nuestro pueblo.