El voto de la asamblea revisora por la “no reelección”, desde mi punto de vista ha sido una decisión desacertada porque no es lo que quiere el pueblo dominicano.
Ganar tres elecciones generales, las dos últimas con más del 50%, 2004 con 57%, 2008 con 54%, no es paja de coco. Es una manifestación clara de lo que quiso y quiere el pueblo dominicano, por lo que puedo apreciar que la sociedad dominicana aspira de nuevo ver a Leonel Fernández en el 2012.
Como el pueblo no se equivoca, reza uno de los enunciados de la sabiduría popular, y carecer el país de liderazgos confiables, en muchos de los casos cuestionados por hechos indecorosos, supone que un líder de la talla de Leonel Fernández no debe ser desaprovechado, no puede echarse al zafacón, mas cuando los momentos exponen grandes retos ante la crisis económica mundial, para lo que necesitaremos de nuestros mejores hombres.
Leonel ha sido acorralado por un sector político de coyuntura que en nada beneficia al país, al menos que no sea para entorpecer el progreso. Sus actos se circunscriben hacia el provecho de uno pocos, no de las mayorías, por lo que la decisión de la asamblea revisora se convierte en una traición a la patria.
Jamás debió Leonel aceptar que la doble moral de los que hundieron a este país en la ingobernabilidad 2000-2004, los que se hacen llamar demócratas, que no son mas que grupúsculos disfrazados que hunden a su partido en la ilegitimidad, en el descrédito y desasosiego de sus líderes intermedios que hoy saben que sus esfuerzos convencionales fueron en vanos y que sus aspiraciones venideras congresuales – municipales, serán un fiasco.
Leonel sabe que no compartí el pacto, que he estado cónsono con las aspiraciones del pueblo dominicano, que son la de seguir el sendero de su liderazgo para el 2012.