Moscú.- El cantante español Raphael se mostró hoy dispuesto a seguir rompiendo récords a sus 64 años recién cumplidos con su primer concierto en Moscú desde 1997 y a 40 años de su arrollador triunfo en la URSS.
"Rusia significa mucho para mí. Siempre me he sentido muy querido por los rusos. A lo largo de mi carrera he tenido noches inolvidables en teatros, auditorios y estadios de este gigantesco país", señaló a Efe Raphael, que llegó el viernes a Moscú.
Raphael, que actuará esta noche en un exclusivo barrio moscovita, recuerda cuando en 1969 actuó por primera vez en Moscú, entonces capital de la Unión Soviética, país con el que la España franquista no mantenía relaciones diplomáticas.
Estos días, en vísperas del concierto de Raphael, muchas de sus fans recuerdan como entonces, hace 40 años, en todas las pantallas de la inmensa URSS irrumpió la película de Raphael "Digan lo que digan".
"En medio de un país triste y gris, sediento de vida y alegría, su aparición fue como una explosión de una bomba de pasión y color", recuerda en Internet Yulia, una de los decenas de miles de soviéticos que volvieron a ver la película "más de cinco decenas de veces" hasta convertirla en le mayor éxito taquillero de aquellos decenios.
Unos meses después,llegó a Moscú Raphael, quien recuerda que e aquel año rompió el telón de acero "junto con el Real Madrid y Antonio el bailarín". Por entonces, comentó el artista, en España asustaban a la gente con la amenaza comunista y contaban sobre los rusos toda clase de falacias".
"Yo me encontré gente hospitalaria, muchos de los cuales se convirtieron en mis amigos", comentó. El cantante confesó que él y su esposa, Natalia Figueroa, son dos "forofos" de Rusia.
"Es que Rusia es muy bonita. San Petersburgo es una de las ciudades más bonitas del mundo", dijo Raphael a Efe.
Desde entonces, "el país ha cambiado mucho. Ahora, (la URSS) se ha fraccionado. A lo largo de mi carrera he actuado en Kiev (Ucrania), Minsk (Bielorrusia), Tiflis (Georgia), Bakú (Azerbaiyán), etc", dijo. No es el único cambio que ha vivido Rusia desde entonces.
Esta noche el artista español Raphael actuará ante la nueva oligarquía rusa en la sala de conciertos Barvikha Luxury Village, la zona de los terrenos más caros del mundo donde en la Rusia de hoy residen los hombres más ricos del país y también los máximos funcionarios del Kremlin.
El concierto será "exclusivo", ya que la sala que lo acogerá tiene cabida sólo para 756 personas. "La entrada más barata costará 5.000 rublos" (115 euros ó 160 dólares), apuntaron los organizadores.
"Interpretaré canciones de todas las épocas y también de mi último trabajo, un disco de duetos", dijo por su parte el artista.
Al comienzo, esta actuación moscovita no estaba prevista, ya que la intención inicial del cantante era celebrar varias veladas en España para regresar otra vez a América Latina, donde comenzó hace meses la gira para conmemorar los 50 años sobre los escenarios (1960).
"La gira va fenomenal. Comencé en Buenos Aires, seguí en Chile, Colombia y el Madison Square Garden de Nueva York. El periplo concluirá a finales de 2010", señala.
Su éxito en Rusia no suscita la menor duda, sobre todo después de que Raphael fuese recibido ayer en el aeropuerto internacional de Domodédovo por decenas de admiradoras, que ramos de flores y fotografías del artista más querido.
"Cuando concluya la gira mundial, celebraremos otra por la antigua Unión Soviética. Estamos en ello, aunque aún no hay fechas", dijo.
"No me sorprendió, pero es muy agradable que te reciban así. Siempre intento dejar amigos allá por donde voy", dijo el intérprete, que departió un buen rato con un grupo de admiradoras a su llegada al hotel donde se hospeda.
Según el artista, "los rusos, como los españoles, tienen un alma romántica, que como muchas de mis canciones, rebosa un profundo lirismo".
El domingo el artista aprovechará para darse un paseo por la ciudad y pisar lugares emblemáticos como el Kremlin y la Plaza Roja, el corazón político, histórico y cultural de Rusia, y luego emprenderá el vuelo de regreso a España, donde actuará el lunes en Valencia, después en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid y luego en Barcelona.