Son esos políticos que viven atrapados en los esquemas mentales de décadas atrás, donde la elección era o “ser de los buenos” o “ser de los malos”. Se presentan como los mas serios del universo, le dan a sus palabras, aunque no a sus acciones, un toque de “izquierda”. Cuando han logrado acceder a un puesto público de Síndico, Diputados o lo que sea, salen con la impopularidad marcada en la frente.
El mundillo político de Santiago, especialmente en el PRD, ahora exhibe estos especímenes, y se creen los elegidos, aunque estén mal valorados por la gente para ocupar nueva vez el gobierno municipal.
Ellos se creen los doctos, los sabelotodos, los políticos profesionales; sin embargo, no entienden los matices de este mundo en cambio, en evolución permanente, donde lo que cuenta es obtener resultados, y el método de las encuestas te marca el rumbo y las preferencias del momento, aunque siempre o casi siempre sus resultados son técnicamente fríos y antipáticos.
Se creen doctos, se comportan como políticos inexpertos, creen que pueden, con la fuerza de sus ideas y su corazón, pasarle por encima a las mediciones certificas, a la existencia de esa técnica fría.
Quieren imponer sus ideas en lugar de venderla.
En Santiago hay un empresario, un político, que bien usando la publicidad política ha logrado posicionarse. Sus estrategias han logrado “fabricar” el hombre que el pueblo quiere para Síndico. Que quede claro, hablo de hombre no de ideas.
El empresario Radhames Fermín se ha aferrado a la publicidad política, y los resultados están a la vista.
No hablo de propaganda hablo de publicidad. La diferencia en ambas es notoria.
La propaganda proviene de “Propaganda Fides”, Congregación de la Iglesia Católica para propagar la Fe: es el conjunto de reglas y técnicas para propagar ideas.
En cambio, la Publicidad es el conjunto de reglas y técnicas empleadas para propagar productos y servicios.
Ahora bien, ante el éxito de la aplicación de la publicidad política de Rdhames Fermín y su equipo, del lanzamiento y mantenimiento del político, del candidato a Síndico, se hace impostergable vender las ideas que sustenta de cara a ser candidato del Partido Revolucionario Dominicano.
Radhames Fermín tiene una muy buena imagen, acompañada de que se le cree un buen hombre, buen ciudadano, buen padre, exitoso empresario, y al parecer se encamina a ser un buen político.
El está en su momento político. Así lo reflejan las encuestas
Le ha favorecido que los que le adversan en el PRD, e incluso fuera, están “quemados”, y son los mismos nombres que aspiran a los mismos puestos, y la gente quiere caras nuevas que den sensación de cambio a lo viejo, a lo caduco.
Son dirigentes que en lugar de tener biografía, sólo han tenido biología.
¡Que lo sepa la cúpula del PRD!
El autor es periodista
