Washington.- Un juez ordenó a Bernard Madoff, acusado del mayor fraude financiero de la historia, que entregue a las autoridades bienes por valor de 170.000 millones de dólares, que serán vendidos para compensar a las víctimas.
Madoff se ha declarado culpable de once delitos y recibirá el lunes su sentencia.
El fiscal, Lev Dassin, pidió al juez que le condene a 150 años de cárcel para garantizar una pena perpetua y para que tenga "un efecto disuasorio" para los que estén tentados en seguir sus pasos, según declaró en un documento presentado el viernes por la noche en el juzgado.
La defensa, en cambio, ha solicitado 12 años de prisión para Madoff, que tiene 71 años.
También el viernes por la noche el juez Denny Chin ordenó a Madoff que renuncie a los derechos de propiedad de bienes por valor de 170.000 millones de dólares.
Según la fiscalía, ése es el volumen de dinero que pasó por sus cuentas durante las décadas que presuntamente operó un gigantesco fraude financiero.
Sus posesiones actuales valen menos que esa cantidad, pero en todo caso la orden conlleva la renuncia a todas sus propiedades, que serán vendidas para resarcir a las víctimas del entramado.
Como parte de un acuerdo con la fiscalía, su esposa, Ruth Madoff, podrá quedarse con 2,5 millones de dólares.
La mujer, que mantiene que no sabía nada del fraude, había reclamado 80 millones de dólares, la mayoría de los cuales son bonos y cuentas bancarias que están a su nombre, pero ha renunciado a esa demanda como parte del acuerdo judicial.
Ruth Madoff recibirá la cantidad acordada "una vez que salga del inmueble (donde reside) y entregue todas sus propiedades personales", según el pacto.
El lujoso ático de dos plantas de Manhattan donde aún vive la mujer, cuyo valor estimado es unos 7,5 millones de dólares, será vendido por orden del juez, junto con un inmueble en Montauk (Nueva York) de 7 millones de dólares, otro en Palm Beach (Florida), de 7,45 millones, además de varios automóviles y barcos.
Madoff, un ex presidente del índice Nasdaq, fue arrestado en diciembre, cuando se destapó el fraude, y se mantuvo en detención domiciliaria hasta que ingresó en una cárcel de Manhattan desde marzo.
El acusado ofrecía rentabilidades razonablemente altas, en torno al 10%, en épocas de alzas del mercado, pero también durante las caídas de la bolsa.
Pagaba a los inversores con los recursos que iban aportando otras víctimas y aparentemente nunca colocó el dinero en la bolsa, sino que lo dejó en simples cuentas bancarias.
Madoff ocasionó 13.000 millones de dólares en pérdidas, según una estimativa "conservadora" adelantada por Dassin en el documento presentado el viernes.
El propio acusado habló de una estafa de 50.000 millones de dólares, aunque parece que en esa cantidad incluyó los intereses que debía haber pagado a sus víctimas y no solo el capital inicial que le entregaron. EFE