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Algo que no se cree…

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Esta frase, que pronuncia en numerosas ocasiones una filóloga y estudiosa de los temas políticos y sociales, se aviene a la estatura fenomenal e increíble del hecho que en estas mismas páginas refirió Fredy Matos.

Según las afirmaciones del senador de Puerto Plata, Francis Vargas, “no es fácil combatir la prostitución de niños y adolescentes en esa provincia, debido a la complicidad de los agentes de la Policía con los que operan los prostíbulos, donde se reparte mucho dinero”.

Una y otra vez el flagrante látigo de la corrupción abate a la sociedad, nada menos que por donde duele más y más: los menores de la familia.

Triste y avasalladora realidad es esta de que niñas, niños y adolescentes, en vez de estar en las aulas preparándose para un futuro que les necesita cultos y no esclavos de vicios, ejerzan esa prostitución infantil que tantas huellas indelebles deja en sus existencias.

Claro que son más que abyectos y sucios esos seres que abrazan y protagonizan el denominado “padrinaje” de los centros donde se prostituyen los menores y como señala el senador Vargas: “hay mucho dinero de por medio en esos negocios con los que se compra el silencio repartiéndole dinero a la policía”.

Esta vez se habla de Puerto Plata, pero ya se han escuchado noticias similares en Boca Chica y en disímiles puntos del territorio nacional.

Y aún cuando sean foráneos inescrupulosos, en su mayoría, quienes disponen de estos aberrantes negocios, hace mucho tiempo que la nación dominicana es libre e independiente y a estas alturas de los siglos, nadie puede “desembarcar” en esta tierra sagrada, para realizar acciones así, que de seguro, en su país les cuesta llevar a cabo.

Una misión más de las autoridades dominicanas es esta que entraña urgencia y apremio, de enfrentar y destruir sin demoras hechos de tal envergadura.

Somos un país hermoso y representativo de bellezas naturales y humanas, que cualquier turista puede descubrir y disfrutar con el respeto debido. Nuestros menores son sagrados, como seguro les enseñaron en su país que son los suyos.

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