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Un país para Zelaya

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El salvadoreño Mauricio Funes no bien ha calentado la silla, cuando el principal impulsor de la desestabilización hondureña le tiene sembrado, en la plataforma que lo condujo al poder, el germen del fraccionamiento.

Aunque sus adversarios quisieron mostrar otra cosa, Funes, desde la campaña, se ocupó de mantenerse a prudente distancia de Hugo Chávez, y sabe que, como mandatario, no podrá ser ente de conciliación si no deja claro que no es un títere más del eje chavista, pero como una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja, los planes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), son distintos.

La explicación de esa fractura puede extraerse de esta afirmación del ex guerrillero Joaquín Villalobos, sobre Centroamérica: “Estados muy débiles están recibiendo la embestida simultánea de narco-dóloares criminales procedentes de EEUU y de petrodólares ideológicos procedentes de Venezuela. Los primeros compran voluntades para obtener complicidades con el narcotráfico y los segundos compran alineamientos políticos que están rompiendo la unidad de los países: y ambos destruyen las instituciones”.

En Honduras, los petrodólares al que alinearon fue al gobernante, que aguarda por una reposición que no se avizora.

La visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), tenía el propósito de persuadir a las fuerzas que propiciaron la destitución de Zelaya de que dieran marcha atrás, pero se topó con que el contundente rechazo de la comunidad internacional no ha menguado la determinación de esos poderes.

Insulza se reunió con los líderes políticos, así como con el alto clero católico, y todos hablan el mismo idioma: Zelaya está legalmente destituido. ¿Qué puede hacerse?

Insulza desestima una salida de fuerza, “si algún poder externo vendría a cambiar las cosas, le digo que no. Eso no lo hacemos nosotros, y las veces que se hizo, en el período de la guerra fría fue una trágica experiencia y no lo volveremos a hacer. Además, la OEA no es un poder omnímodo. Tiene las atribuciones que tiene, y entre ellas no está la de actuar físicamente contra un Gobierno de facto”.

Tiene experiencia en esa materia Estados Unidos, que con un ejército de 20 mil hombres para restituir a Jean Bertrand Aristide, pero eso no resuelve: años después Aristide fue depuesto otra vez y el supuesto progreso que debió surtir para Haití y su democracia su reposición no se verificó.

Pero además, habría que ver qué animado pudiera estar el gobierno de Barack Obama para incurrir en tal alto costo para ir a reinstalar por varios meses a un presidente que se peleó con su base de apoyo para alinearse en la posición antinorteamericana que promueve y financia Chávez.

La única vía de presión de que dispone la comunidad internacional es el bloqueo, pero tampoco se sustenta, porque cuando otros países de Centroamérica suspenden su comercio con Honduras, también afectan sus economías. El blindaje fronterizo tiene que ser tutelado por soldados que se identifican más con quienes quitaron a Zelaya que con la causa de su reposición.

A Zelaya no sólo habría que reponerlo sino además inventarle un país, porque del que lo sacaron en pijama no lo quieren ni lo van a respetar.

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