Los dirigentes gremiales del sector salud no terminan de entender que cuando las estrategias y las tácticas en un proceso de lucha no funcionan, hay que buscar la forma de revisar concienzudamente los hechos y los resultados anteriores, para que nuevas tácticas y nuevos métodos sustenten la estrategia; repitiendo lo mismo, el resultado será el mismo, no entendemos de dónde surge la idea de convocatoria a nuevos paros de servicios hospitalarios, cuando acabamos de salir sin los resultados esperados del proceso anterior.
Los hechos de los últimos nueve (9) años nos dicen que ya estos métodos necesitan una reflexión profunda para producir cambios de mentalidades y actitudes que recreen nuevos escenarios de lucha, donde prime la sabiduría, la sensatez, la prudencia, la profesionalidad, la vocación y un conjunto de principios y valores acorde con los tiempos que estamos viviendo; debemos mantener nuestros reclamos, pero hay que saber cómo hacerlo.
En el período 2000-2004, presidido por el ingeniero Rafael Hipólito Mejía Domínguez, el país vivió por parte del Colegio Médico Dominicano, las innumerables huelgas nacionales y regionales, marchas, caminatas, vigilias, piquetes, visitas en comisiones al Palacio Presidencial y a SESPAS, y no conseguimos nada; seguimos sin tregua en el período 2004-2008, presidido por el doctor Leonel Antonio Fernández Reyna, donde incorporamos la huelga de hambre y las búsqueda de la vía congresual y tampoco conseguimos nada; ¿si en dos períodos presidenciales y parte de este (2008-2012), no hemos logrado nada, ustedes creen que volviendo con los mismos actores al mismo escenario, lograremos obtener resultados favorables?, ¡hay que ser demasiado optimista o demasiado ingenuo!.
Cualquier acción que no vaya en la dirección de presentar una propuesta diferente en términos tácticos, en curar viejas heridas, en asumir una visión y una misión acorde con la ley de colegiación 68-08 nacerán; pero obitada y los médicos no debemos permitir que esta cúpula de pseudos dirigentes gremiales continúen manipulando este proceso que es vital para la mejoría de las condiciones de sus vidas, con esta cáfila sectaria y fundamentalista que nos dirige, no lograremos nada en el futuro inmediato.
Los médicos debemos iniciar un proceso ascendente, donde rechacemos planteamientos y acciones desesperadas y busquemos la concertación en base a propuestas sanitarias claras. Prepararnos para insertarlas con tiempo, para que sean vistas con calma y dentro de los plazos establecidos y sin presión y pérdida de la cordura de las partes; cualquier acuerdo siempre se hará con las autoridades que estén de turno en un momento concreto y lo mejor para todos es que se produzca en un ambiente sano, con dirigentes renovados, maduros, elocuentes y con visión de futuro.