El ex director del Programa de Reducción de Apagones (PRA), Marcos Lara Lorenzo, fue interrogado este martes por el director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA), Otoniel Bonilla, por las denuncias de corrupción durante su gestión.
Antes de entrar al despacho del magistrado Bonilla, Lara Lorenzo admitió ante los periodistas que en el PRA se cometieron irregularidades económicas, de la cual se excluyó, acusando de las mismas al director financiero y al asistente administrativo de la entidad.
Indicó que esas dos personas, cuyos nombres no ofreció, eran quienes firmaban todos los cheques y que ordenó sus cancelaciones al darse cuenta que estaban cometiendo irregularidades.
Tras insistir en que no firmó ni un solo cheque, con los cuales se habrían malversado unos RD$300 millones, explicó que al verse cancelados, los ex funcionarios se dedicaron a dañar su imagen a través de los medios de comunicación.
Al ser cuestionado por los familiares que tenía como empleados, cuando era director del PRA, Lara Lorenzo justificó los 6 sobrinos que nombró, alegando que eran parientes indirectos, con lo cual no violó lo estipulado en la Ley 41-08.
Se desligó de la malversación de unos 300 mil pesos que fueron desviados del PRA para la compra de materiales de construcción de una iglesia.
Sostuvo que no existes documentos que lo vinculen directamente a un fraude cuando estuvo en el PRA.
Recordó que en 14 años que trabajó en la administración pública recibió sueldos entre 120 y 135 mil pesos que lo destinaba para “obras del Señor” a la construcción de iglesias, ropas y comida para los pobres y que nunca cogió un centavo para esos fines.
