Según escribe Alfonso Guerra, en Turno de palabra, “el mundo hoy tiene hambre pero mañana aún será más grave la situación. En pocas décadas habrá que alimentar a 10.000 millones de personas”.
O sea, que tal y como comenta Guerra, los ciudadanos del mundo viven con honda preocupación debido a la crisis económica “derivada de la estafa organizada por los gestores de las finanzas en los Estados Unidos de América en el año 2008, la indiferencia es la respuesta general a otra crisis de mayor gravedad y de consecuencias trágicas”.
El autor menciona el alza de los precios del trigo y del arroz en 2008, que para muchas naciones representó un incremento notable de la cifra de hombres y mujeres hambrientos. “Los economistas y responsables gubernamentales exhiben con arrogancia el número reducido de población dedicada a las tareas agrarias como símbolo de país moderno, con sus trabajadores dedicados a la industria y sobre todo a los servicios”.
Pero, si bien los precios de los productos alimenticios se han disparado, también es cierto que el crecimiento demográfico ha proseguido su paso…”ya somos 6.700 millones de seres humanos en la tierra” y existen más de mil millones de hambrientos. La gravedad del “mañana” impone reflexiones más profundas.
Se emiten sugerencias y posibles soluciones que tienen que ver con las políticas agrícolas en los países pobres. Pero, los gobiernos no acaban de esgrimir el financiamiento y ayuda directa a los agricultores, de manera que pueda paliarse el dilema.
En estas mismas páginas se publicó la nota acerca de las declaraciones del ministro chileno de Hacienda, Andrés Velasco, quien señaló durante la II Reunión de Ministros de Finanzas de América, celebrada en Chile, la necesidad de financiación de Latinoamérica para poder enfrentar la crisis económica.
La nota informativa refleja la coincidencia de todos los participantes en la obtención de esos recursos, “principalmente a través del fortalecimiento de los organismos multilaterales de crédito, especialmente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”.
Esto se plantea como uno de los principales desafíos de la región, uno de los tantos, pero sin duda, de los más perentorios…
Guerra pregunta en su artículo: “¿Cuál es la alternativa?” y responde: Sólo una: la financiación de políticas agrícolas en los países del tercer mundo sólo puede venir de la ayuda internacional. Ésta es una tarea prioritaria y urgente”.
En la República Dominicana, uno de los principales titulares de Economía, en uno de los más importantes medios que circulan, destacaba en letras grandes: La reforma duerme Modernización del agro está lejos…
