El ex presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Ramón Alburquerque, declaró este domingo que nunca había visto un mandatario que permitiera en su gobierno tantas irregularidades y corrupción como el presidente Leonel Fernández.
Alburquerque criticó la actitud del Fernández frente al caso de corrupción del vicepresidente de las Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Radhamés Segura, quien repartió el dinero de los impuestos, que pagan el pueblo, para beneficio propio y el de su familia.
El líder perredeísta dijo que a ese escándalo se unen otros tantos como el de la Sun Land, donde el gobierno peledeísta solicitó un préstamo de 130 millones de dólares sin someterlo al Congreso Nacional, en franca violación a la Constitución dominicana.
También citó la decisión del Ministerio Público que determinó devolverle el avión en que viajaba el joven Rafael Luciano García, hijo de un juez de la Suprema Corte de Justicia, quien fue detenido en el Aeropuerto Internacional las Américas por haber intentado introducir al país más de 500 mil dólares ilegalmente.
Asimismo, mencionó los frecuentes viajes que realiza el presidente Fernández con una gran cantidad de funcionarios, gastando una suma de dinero innecesaria en dieta y viático, sin ningún beneficio para el pueblo.
Alburquerque expresó que el pueblo dominicano no puede aguantar más de lo que ha soportado, por lo que llamó a los perredeístas para que juntos saquen del poder al gobierno indolente del Partido de la Liberación Dominicana.
Dijo que el pueblo está dispuesto a reclamar sus derechos y a no seguir siendo tan permisivo con los actos dolosos que ocurren en el país, lo que logrará con la ayuda del PRD.
Por otro lado, Alburquerque calificó como un crimen ecológico la construcción de la cementara en el parque Los Haitises, debido a que en esa zona cae 3 mil 200 toneladas de agua anual, lo que constituye el mayor reservorio del líquido en el planeta.
Sostuvo que el peligro que representa la instalación de la cementera es tan grave que el tema fue llevado a las reuniones de la Internacional Socialista, quien sancionó el hecho por considerarlo en contra de la biodiversidad, en momento que la humanidad se siente amenazada por la escasez del agua.