La prensa nacional informó que “La Lotería tendrá nuevos juegos de azar”, para lo cual serán inauguradas oficinas en las principales regionales del país, según dio a conocer su administrador general, José Francisco Peña Guaba.
Y no se trata de criticar a quienes viven con la ilusión de los azares, en este caso avalados con nuevos productos, “que incluyen el juego del Billete Electrónico, El Zodíaco Millonario, y el billete La Solidaria”.
Pero, como soñar es ejercicio imprescindible de los humanos y “quien deja de soñar, muere”, dice un viejo refrán, lo ideal sería que un día abriéramos nuestros ojos y encontráramos también esta otra buena nueva: “Serán abiertas escuelas en cada barrio del territorio nacional”.
República Dominicana figura entre los países de América Latina y el Caribe que no cumplen con los Objetivos del Milenio en el ámbito de la educación, según un informe mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO).
Imposible olvidar los niños y niñas que han tenido que recibir la enseñanza sentados en bloques sobre el piso en planteles educacionales del país.
El secretario de Educación, Melanio Paredes, ha convocado desde hace tiempo a la “cruzada”, donde todos los sectores de la sociedad, a quien preferiríamos denominar “actores”, deben “actuar”, en el vulnerable terreno de la educación en el país.
Para nadie es un secreto la manera en que las aulas desarrollan el curso escolar. Pasa un ciclo, llega el otro y de nuevo se multiplican las precariedades y una marcada angustia de estudiantes y familiares, sobre todo cuando de enfrentar los gastos se trata.
Se sabe que en colegios privados, los padres de un estudiante debieron desembolsar entre RD8 mil y RD$10 en la compra utensilios para el año escolar 2008-2009.
La educación no es un lujo, sino una necesidad ciudadana. Resulta imprescindible erradicar la cifra de niñas y niños analfabetos que deambulan por las calles sin rumbo fijo, aprovechada su inocencia por quienes, sin escrúpulo alguno, los utilizan en el mercado sexual infantil.
Educación Física, tareas recreativas, competencias solidarias, concursos de lecturas y de ortografía. En fin, programas de enseñanzas integrales que formen desde la más temprana edad a los hombres y mujeres del futuro dominicano. ¿Es mucho pedir? ¿O es una gran utopía?