Mejores técnicas y tecnologías están optimizando las revisiones ortopédicas, procedimientos complejos en los que se reemplazan las prótesis de cadera y rodilla que se han desgastado o aflojado.
“Hay varios avances en el campo de las revisiones; podríamos agruparlos en tres grandes áreas: los cambios en las prótesis, el control del sangrado y la reducción del dolor”, dice el Dr. Fernando León Sánchez, cirujano ortopédico subespecializado en reemplazos articulares, afiliado al Aventura Hospital and Medical Center, en Miami-Dade, Florida.
Las prótesis, tanto la copa que recibe como la cabeza que entra en la copa y se articula, ahora se fabrican mejor y con materiales que son más resistentes al desgaste.
Los plásticos ahora mucho más duros, que usan tecnología denominada cross-linked, se desgastan menos, producen menos complicaciones y duran más tiempo. Al ser más duros, permiten que aún manteniendo muy delgado el grosor de las copas se puedan usar cabezas más grandes, lo cual da mayor estabilidad a la articulación y previene dislocaciones. Las dislocaciones son la complicación más común en las revisiones.
En relación con los metales, ahora se prefieren los que son altamente porosos sobre las mallas de titanio, y el cobalto se usa principalmente para las superficies que se rozan. La utilización de la cerámica también ha contribuido a reducir la fricción en el interior de los implantes articulares. La idea es que las diferentes piezas que se articulan sean cada vez más lisas y resistentes.
La fijación de la prótesis al hueso también ha mejorado. Este mejor agarre se logra por medio de superficies con textura porosa, que facilitan el crecimiento del hueso dentro de la porosidad, para que por sí mismo fije el implante sin necesidad de cemento. Lo más moderno es que las superficies porosas vengan además recubiertas con un aerosol llamado hidroxiapatita, una sustancia a base de calcio, que se encuentra naturalmente en los huesos y el esmalte de los dientes.
El hueso reconoce esta substancia como si también fuera hueso y se une a ella como si curara una fractura, permitiendo una unión biológica. La hidroxiapatita es particularmente provechosa para pacientes con huesos enfermos y otros problemas biológicos. Las compañías fabricantes de esta tecnología tienen sus propias versiones de estos compuestos, como el Porocoat de la firma Dupuy, el cual se usa solo o combinado con hidroxiapatita.
El énfasis ahora, al menos para caderas, es en los implantes que no utilizan cemento o uniones mecánicas, sino uniones biológicas, porque funcionan a más largo plazo. Los implantes con cemento se siguen usando en los reemplazos primarios, en los cuales la unión biológica no es viable, o cuando esperar mucho tiempo para la recuperación no es lo indicado.
“Igual se pueden usar implantes cementados en las revisiones de cadera, de hecho hay casos en los que todavía son necesarios, pero la verdad es que para estas segundas operaciones, que son más delicadas porque ya ha fallado el reemplazo primario, es mejor utilizar el empate biológico, aunque el paciente tenga que esperar unos cuatro meses para que el hueso por sí mismo fije la prótesis. La idea es evitar que la revisión también le falle”, explica el Dr. Sánchez, quien agrega que tratándose de la rodilla los reemplazos para revisiones tanto como los reemplazos primarios deben hacerse con cemento.
COAGULAR SIN DEMORA
Siendo las revisiones operaciones muy grandes que pueden ocasionar mucho sangrado, los avances para controlar esta complicación son de gran importancia, pues se evitan transfusiones y debilitamiento del organismo que necesita recuperarse. Con este propósito, algunos cirujanos están usando una técnica novedosa y efectiva que consiste en sacar sangre al paciente y centrifugarla durante la operación para aislar lo que se denomina ‘sobrenadante’, que son las plaquetas y otros componentes encargados de la coagulación; una vez aislados y concentrados estos componentes, se mezclan con sustancias especiales como la trombina, creando una solución altamente coagulante. Al final de la operación, antes de suturar la piel, se aplican en aerosol esa solución sobre los tejidos internos que acaban de ser intervenidos. Ese aerosol ayuda a que las superficies sangrantes rápidamente coagulen y aceleren el proceso de cicatrización interna.
El Dr. Sánchez apunta que similares resultados tiene una tecnología llamada TissueLink, que utiliza vapor para ir eliminando el sangrado durante la operación o el que puede quedar después de la misma. Existen varios fabricantes; uno de ellos, la compañía Salient, que llama su producto Aquamantys, explica que este avance ““preserva los niveles de hemoglobina del paciente, reduciendo así el riesgo de transfusión y la necesidad de donación previa. Minimizar las transfusiones de sangre puede reducir infecciones. Menos sangrado también reduce la necesidad de drenaje postoperatorio. Además, el sangrado puede contribuir a incrementar el dolor y la inflamación durante la recuperación”.
COCTELES PARA EL DOLOR
Los reemplazos ortopédicos, más aún las revisiones, son operaciones muy dolorosas que pueden mantener al paciente en cama, con riesgo de complicaciones. Tradicionalmente ese dolor se ha manejado con narcóticos que producen efectos muy fuertes.
“Ahora algunos cirujanos usamos cócteles de medicamentos que vamos aplicando en el área operatoria durante la cirugía. Eso funciona como una anestesia local. Yo uso una combinación de cuatro medicamentos que se van inyectando en lugares claves. El resultado es que después de la operación, cuando pasa el efecto de la anestesia general, el paciente siente mucho menos dolor. Por consiguiente la cantidad de narcóticos que se dan es también mucho menor”, dice el Dr. Sánchez, quien asegura que estos avances unidos a nuevos protocolos de fisioterapia, que ponen al paciente a caminar en un par de días luego de un reemplazo articular, han cambiado la mentalidad de quienes intervienen en estos procedimientos, acelerando la recuperación de estas operaciones y haciéndolas más efectivas que en el pasado.
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