Tensa calma y fuerte vigilancia en frontera Honduras-Nicaragua

Tegucigalpa.- La frontera de Honduras con Nicaragua en el sector de Las Manos se mantiene bajo una tensa calma y fuerte vigilancia de policías y militares hondureños ante la posible llegada del depuesto presidente Manuel Zelaya.

Seguidores de Zelaya, que esperan recibirlo a su arribo desde el país vecino, expresaron a medios locales su malestar por las acciones de las Fuerzas Armadas y la Policía, mientras que en otras dos aduanas también hay vigilancia y se mantiene la tranquilidad.

Las fuerzas de seguridad hondureñas impiden el tránsito de vehículos y personas desde la ciudad de El Paraíso, departamento del mismo nombre, hasta el puesto fronterizo de Las Manos, situado unos 12 kilómetros al sur de esa localidad, dijo a la prensa el jefe policial de la zona, Lenín Osorto.

Unos dos centenares de simpatizantes de Zelaya, procedentes de varias partes de Honduras, se habían agrupado en las primeras horas de hoy en la salida de El Paraíso hacia Las Manos, según diversos medios locales.

"En todo el eje hay retenes policiales, ese es el fin para evitar que personas extranjeras ingresen a nuestro país y alteren el orden público", indicó Osorto a radio América de Tegucigalpa y pidió "cordura" al grupo de manifestantes.

El jefe del Noveno Batallón de Infantería, coronel Arcadio Castillo, puntualizó a la prensa que hay "varios retenes hasta llegar a la aduana", al destacar que su "misión es mantener el orden y evitar que pasen problemas en este sector".

Un simpatizante de Zelaya, Jesús López, quien viajaba de Tegucigalpa a Las Manos, expresó que "indigna que tengan una línea de policías" para impedir el paso, "pero ellos deben revertir esas armas, no ponerlas contra el pueblo".

"Queremos que Zelaya vuelva porque él es el único presidente que ha sido electo por el pueblo, es el presidente que el pueblo reconoce", dijo López a Radio Cadena Voces de la capital hondureña.

Otro seguidor del derrocado gobernante, que no se identificó, pidió "a las Fuerzas Armadas que respeten esta manifestación de paz, de buena voluntad del pueblo hondureño" e impidan "toda acción represiva".

Un misionero nicaragüense, tampoco identificado, que vive en El Paraíso con su esposa, manifestó que a causa de los retenes han tenido problemas para ir a encontrarse en la frontera con otros miembros de su iglesia procedentes del vecino país.

Zelaya tiene previsto regresar este fin de semana a Honduras después de haber sido derrocado el 28 de junio pasado por los militares, que lo expulsaron hacia Costa Rica.

El Parlamento designó ese mismo día a Roberto Micheletti, hasta entonces jefe del Legislativo, para sustituir a Zelaya (ambos pertenecen al gobernante Partido Liberal).

Micheletti sostiene que no hubo golpe de Estado contra Zelaya, sino una "sustitución constitucional", pero su Gobierno no es reconocido por la comunidad internacional, que insiste, empero, en que los dos continúen el diálogo auspiciado por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, en busca de una salida a la crisis.

Zelaya pretende regresar a su país a pesar de diversos llamamientos, tanto de sectores hondureños como internacionales, para que no lo haga porque puede generar un clima de violencia e incluso arriesgar su vida.

Las autoridades hondureñas han reiterado que si Zelaya entra al país, será detenido porque tiene orden de captura por delitos cometidos en relación a una consulta para promover una Asamblea Constituyente, que pretendía celebrar el 28 de junio, a pesar de que había sido declarada ilegal por varios órganos del Estado.

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