A la praxis política dominicana hay que bañarla de fragancia de honestidad, de ética, de transparencia…de seriedad, hay que hacerla creíble. Hay que sacarla del bajo nivel de degradación a que ha sido convertida, a ese nivel de oficialización de la corruptela y de desvergonzadas componendas.
Sólo el que ve la política como una inversión de valores, apegada a la mentira y el engaño es capaz de decirle al pueblo dominicano, después de lo que han sido las gestiones de gobiernos peledeístas, “que el PLD sigue siendo el referente moral de la República Dominicana”.
Esas expresiones salieron de la dirigente del PLD, Alejandrina Germán, en un seminario ofrecido a sus dirigentes de la provincia de Barahona, y le agregó esta perla: “Esta organización (PLD) es el orgullo de la República Dominicana”
Pero resulta que ha sido en los gobiernos del PLD, contrariando la conducta, los principios del profesor Juan Bosch, donde se le ha dado continuidad, incrementándolo de manera descarada el enriquecimiento fácil, el tráfico de influencia, el nepotismo, el narcotráfico, la delincuencia y todo tipo de privilegios amparado en el gobierno.
La riqueza, las comodidades que han logrado en el poder han diminuido y, cuando no, eliminado valores que son esenciales en la vida de todo partido político, que deberían ser superiores a todas las riquezas y comodines que le hayan dado el ejercicio gubernamental.
Ya los peledeístas están siendo valorados y medidos con la vara del Dios Mercurio.
Se dejaron ganar por la molicie del burocratismo bien remunerado desde el Gobierno.
Y son realidades que están ahí, manifestadas en resultados de la última encuesta Gallup-Hoy. En la lucha contra la corrupción administrativa tiene una valoración pésima con un 66 por ciento. Y una reprobación de un 76 por ciento en lo relativo a los artículos básicos y la creación de empleos.
El 64 por ciento dice que su economía personal es negativa y el 76 percibe al país por mal camino.
El 60 por ciento, según esta encuesta, considera que el presidente Leonel Fernández gobierna en beneficio de los privilegios.
Y más aún, el 66 por ciento piensa que la corrupción está en aumento, donde la situación se torna alarmante es cuando el 84 por ciento admite que hay mucha impunidad.
Así las cosas, ahora resulta que el 58 por ciento entiende que la corrupción es mayor que antes. Al compararla con el gobierno de Hipólito Mejía, el 48 por ciento razona que es mayor, sólo un 25 por ciento dice que es menor.
Llama la atención que el 59 por ciento de los encuestados, que confesaron simpatías con el PLD, expresan que hay un incremento de la corrupción en este gobierno.
Después de estas cifras frías, huelgan pues, las palabras, las fábulas como la expresada por Alejandrina Germán.
El PRD, junto a las fuerzas vivas del país nos trajo las libertades democráticas. El pueblo le dio la oportunidad al PLD para que concluyera la obra y realizara la tarea pendiente de la Justicia social. Pero, nos engañaron a todos.
Es ahora donde el PRD debe levantarse y terminar su obra: de Justicia Social en libertad.
Y honrar la memoria eterna del doctor José Francisco Peña Gómez…y del profesor Juan Bosch.
Levantemos la bandera del CAMBIO, pero no como consigna de campaña.
Hagamos de ella una nueva forma de hacer política.
Una nueva forma de gobernar.
Cambio para ser creíble, para no hablarle mentiras al pueblo, para no fabular y creer que no conceptualizamos y que los que somos, son unos tontos útiles para sus mercuriales propósitos.
El autor es periodista
Frontera25_@hotmail.com
