Nueva York.- Tener espermatozoides más sanos significa vivir por más años, reveló una investigación sobre más de 40.000 hombres de hasta 40 años realizada en Dinamarca.
La doctora Tina Kold Jensen, que participó en el estudio, dijo a Reuters Health: "No importa qué se analice, el riesgo de morir disminuye si un hombre tiene semen de buena calidad; a menor calidad, mayor riesgo de morir".
Si bien los resultados no deben atemorizar a los hombres que tienen semen de calidad regular, sí sugieren que deben hacerse un control médico para prevenir otras enfermedades, como el cáncer testicular, dijo Jensen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, en Odense.
La infertilidad masculina creció en los últimos 50 años, apuntó el equipo de Jensen en American Journal of Epidemiology y algunos investigadores sugieren que la causa estaría en el desarrollo de los órganos reproductivos masculinos durante la gestación en el útero materno.
Esta "hipótesis del origen fetal" está asociada con problemas de salud en la edad adulta, como la enfermedad cardíaca y la diabetes.
Para poner a prueba la hipótesis de que la calidad del semen estaría relacionada con la aparición de enfermedades y la mortalidad, el equipo estudió a hombres derivados al Laboratorio de Análisis de Semen, en Copenhague, entre 1963 y el 2001, y los siguieron hasta fines del 2001 o hasta la muerte.
Los autores limitaron el análisis a 43.277 hombres con espermatozoides viables en el semen. A medida que aumentaba la concentración de espermatozoides en los hombres, lo hacía también la expectativa de vida.
Los hombres con 40 millones de espermatozoides por mililitro de semen fueron un 40 por ciento menos propensos a morir durante el estudio que los participantes con concentraciones por debajo de los 10 millones por mililitro.
La longevidad también creció junto con el porcentaje de espermatozoides que tenían "motilidad", es decir, que se movían normalmente, y con el porcentaje de espermatozoides normales.
Por ejemplo, los hombres con un 75 por ciento o más de espermatozoides normales tuvieron un 54 por ciento menos riesgo de morir que aquellos con menos de un 25 por ciento de espermatozoides normales.
El equipo halló también que los varones que habían tenido hijos vivían por más tiempo que los hombres sin hijos, lo que coincide con estudios previos que habían demostrado que los hombres, y las mujeres, fértiles viven más.
Los varones sin hijos suelen tener peor salud y ser más pobres y más propensos a tener enfermedades crónicas.
Pero el aumento de la longevidad en hombres con espermatozoides de buena calidad se observó en hombres con y sin hijos, lo que sugiere que la relación entre espermatozoides sanos y aumento de la expectativa de vida habría sido independiente de aquellos factores.
Los hombres con espermatozoides de mayor calidad tuvieron menor riesgo de desarrollar varias enfermedades, incluidas aquellas que no están asociadas con la hipótesis del origen fetal, como cáncer, trastornos respiratorios y enfermedades digestivas.