CHICAGO.- Pedro Martínez no solamente se sintió feliz por regresar al béisbol, sino que después de ganar en su debut con Filadelfia no titubeó para asegurar que se encuentra en su mejor forma física desde hace nueve años.
"Principio del 2001 fue la última vez que me sentí como ahora", dijo Martínez este miércoles, tras lanzar cinco entradas de tres carreras en la victoria de los Filis 12-5 sobre los Cachorros de Chicago en Wrigley Field.
"Estoy bien, puedo dormir, estoy listo para trabajar sin preocupaciones y lo más importante, no tengo la presión de que mi padre se está muriendo en una cama", dijo.
Después de ganar tres premios Cy Young entre 1997 y el 2000, Martínez comenzó a confrontar problemas físicos en el 2001, cuando una molestia en el hombro lo limitó a 18 salidas.
En el 2002 regresó a su forma tradicional, ganando 20 partidos y quedando segundo en la batalla por el Cy Young, que fue a la vitrina del zurdo Barry Zito. Sin embargo, en lo adelante su carrera siempre estuvo amenazada por el fantasma de las lesiones y otros inconvenientes.
En las últimas cuatro temporadas, con los Mets de Nueva York, tuvo marca de 32-23 y efectividad de 3.88. El 2008 (5-6, 5.61 en 20 salidas) fue el peor de sus 17 años en las ligas mayores.
"Tuve la lesión en el dedo grande de mi pie derecho que me obligó a forzar el hombro y el resto es conocido. Hubo un momento en que estaba lanzando a hombro puro", dijo Martínez, quien fue operado del hombro en octubre del 2006.
"El año pasado fue horrible, muy duro y me prometí que volvería. Se lo prometí a mi papá y me lo prometí a mi mismo", agregó.
Pero el miércoles, el triple ganador del Cy Young no tuvo que preocuparse de otra cosa que no fueran los bateadores de los Cachorros. La ofensiva de Filadelfia produjo 14 imparables y desde muy temprano construyó una ventaja que funcionó como colchón para el quisqueyano.
El derecho de 37 años permitió siete hits y tres carreras y solamente concedió una base por bolas, mientras lanzaba de strikes 64 de sus 99 lanzamientos en su primera salida en Grandes Ligas desde el 25 de septiembre del año pasado.
La recta le viajó regularmente entre 86 y 89 millas, pero en varias ocasiones llevó el radar a 93.
"Tengo que mejorar el control, soy mejor de ahí con la curva y el cambio de velocidad, incluso con la recta. No pongo excusas, pero tenía ocho días desde mi última salida y cinco desde que hice un bullpen", dijo Martínez, quien tendrá una sesión en el lado el viernes y regresará al box el martes contra Arizona en Citizens Bank Park de Filadelfia.
Martínez, quien estuvo lanzando todos sus pitcheos (Rectas de dos y cuatro costuras, cambio de velocidad y curva) permitió una carrera en la segunda entrada y dos en la quinta. La recta cortada fue especialmente molestosa para los bateadores de los Cachorros.
"Pedro lució O.K.", dijo Lou Piniella, el manager de los Cachorros. "Buena velocidad, cinco entradas y el apoyo que le dieron hizo las cosas más fáciles", agregó Piniella.
"Me habían dicho que lanzaría alrededor de 90 pitcheos, pero cuando me metí en problemas-en la quinta entrada- sabía que el managar me daría la oportunidad de optar por la victoria debido a la grab ventaja que teníamos", dijo.
"Me senti bien, muy contento, y agradecido con Dios, de tener la oportunidad de volver al béisbol y complacer las últimas palabras de mi papá, que fueron que si podía volver a la lanzar que lanzara. Estoy muy feliz", dijo.
Con su primera victoria en Wrigley Field desde 1994, Martínez mejoró su foja de por vida a 214-99, 2.91 y se quedó solo en el puesto número 13 de la lista de ponchadores de todos los tiempos, con 3,123, dejando atrás a Bob Gibson (3,117).
"Por ahí vienen los días duros de septiembre y estoy ansioso por ayudar a este equipo, gracias a Dios no siento ningún tipo de molestias. Ahora todo es béisbol y trabajo", dijo Martínez.