La toma de posesión del nuevo vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas y Estatales (CDEEE) ha coincidido con el recrudecimiento de los apagones en los barrios del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, donde las interrupciones en el servicio son de hasta 18 horas.
Los apagones no respetan clase social, los capitaleños en general están con el grito al cielo por las interrupciones en el servicio de energía eléctrica. Los mismos reportes se reciben desde los pueblos del interior del país.
Los capitaleños califican de pésimo el servicio, y se quejan de que solamente reciben dos y tres horas diarias de luz. Los comerciantes cuentan que han dejado de vender productos que necesitan ser refigurados para perder menos.
También hay quienes se muestran escépticos respecto al nuevo incumbente de la CDEEE, el empresario Celso Marranzini de si resolverá el histórico problema del déficit eléctrico.
Según la Superintendencia de Electricidad, la demanda de generación estimada es de 1,844 megavatios y la servida de 1,465, para un déficit de un 21%, mientras que en la CDEEE, su nuevo incumbente, Marranzini, trata de poner la casa en orden.
Entre los empleados, el tema de conversación es si habrá o no cancelaciones, por lo que se mantienen escéptico y a la espera de lo que pueda pasar.
Con un costo superior a los RD$5 millones, la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana inauguró las plantas eléctrica de a Los Cachones de Castillos, en San Francisco de Macorís, que alegadamente beneficiará a más de 170 familias.
En el proyecto de instalación de Los Cachones se interconectaron 7 kilómetros de línea de medida y baja tensiones, nueve transformadores con capacidades entre 10, 15, 25 y 37.5 para un potencial instalado de más de 102 kilovatios.
