El padre Santiago Batista consideró este viernes que lucha contra el narcotráfico ha sido un fracaso en el país, porque las autoridades no han sabido actuar, y se han quedado corta para enfrentar con energía tea el flagelo que tanto mal ha causado en a la sociedad dominicana.
El director del director del Colegio San Francisco de Asís insistió en que las autoridades no han tenido éxito en el combate al tráfico de estupefaciente, “porque sólo agarran a los chiquitos y nunca llegan a la cabeza, por miedo”.
Indicó que para erradicar el mal del narcotráfico se necesita mucho coraje, al tiempo que dijo sentirse decepcionado del presidente Leonel Fernández, porque siendo tan joven y viajando tanto a otros países, no tiene la autoridad y el valor suficiente para poner en práctica lo que predica en otras naciones.
Con relación a los cambios del gobierno, el sacerdote dijo que no ha habido tales cambios, sino movimientos de los mismos funcionados de una institución a otra.
“El pueblo esperaba cambio sustanciares, y aquí no ha ocurrido nada de eso porque los apagones siguen iguales. Se dice que escobita nueva barre bien, pero no ha empezado a barrer todavía, porque las personas se levantan para ir al trabajo para ir al trabajo porque no hay luz, situación que encuentran cuando regresan”, subrayó el religioso.
Precisó que en el país se necesita implementar una política agresiva y energética, que cuente con las personas humildes y pobres, ya que existe un déficit económico y social que no es causado por la crisis mundial, sino por la falta de voluntad política y porque no se ha puesto las personas idóneas en las instituciones.
El Fray Bautista ofreció sus declaración al participar en la rueda de prensa en compañía del pare Wilfredo Montaño, párroco del sector Capotillo, donde defendieron el artículo 30 que condena el aborto, en la Casa de la Juventud.
Los sacadote del Arzobispado de Santo Domingo subrayaron a las organizaciones que buscan modificar el artículo 30 de la constitución que prohíbe el aborto que eso es decretar la pena de muerte para la criatura no nacida y ponerla a los caprichos de otras personas no es signo de avances sino de retroceso a la época primitiva de la humanidad.
Indicaron que la aprobación del aborto es la dilación más cruel de los derechos humanos, porque cercena el más de los derechos, que el derecho a la vida.