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Juventud-Coraje Cívico

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La reciente encuesta de Gallup acerca de la corrupción confirma que este país esta bajo el constante saqueo con la impunidad entronizada.

Hoy, la juventud que me permito llamar “Juventud-Coraje Cívico”, esa dignidad que vimos en la Plaza la Lira, la otra feria, el zapatazo, en Gonzalo y ahora por Internet, son rostros reposados, de conocimientos profesionales con la justa razón: Emilio Galván, Milezen Uribe, Luis José López y María del Mera Mella, dignos integrantes de diferentes grupos juveniles que están reclamando a los politicastros con todo derecho, con la responsabilidad que emana de la verdad: “Ya basta del saqueo al erario nacional y municipal y protección al medio ambiente”.

No tienen miedo, están motivados por el coraje-valor, condición humana de exigir a personas de acciones perversas.

Cuando digo Coraje-cívico, es porque palpo el valor juvenil, sin macula, que se sitúa frente a otros y le dicen y hacen lo que creen conveniente. Que se dejan conducir, ven lo que es necesario, lo que es apropiado en el preciso instante y actúan en consecuencia. El conocimiento los impulsa a hacer lo correcto, lo debido.

A esa juventud le veo la cualidad distintiva de seres humanos superiores: la condolencia, la compasión, el consentir con los demás. Estos valores los llevan a actuar en favor de otros.

La condolencia crea la solidaridad, por eso esta juventud esta unida y se ponen de parte de todos los abusados. Lo que a ellos les ocurre le duele también a estos jóvenes. Las protestas son manifestaciones sociales para defenderse unos a otros, estrechamente abrazados, unidos. Saben que todos tienen una base, una raíz común, la cual consiste en ayudarse mutuamente contra los abusos cometidos por los malos dominicanos. Aquellos de que hablaba el patricio: “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre victimas de sus maquinaciones”

Por la ausencia de coraje cívico se ha perdido la humanidad de nuestro pueblo. Por eso se fortalecido la corrupción.

Dominicanos, veamos a estos jóvenes como lo que son, sus hechos lo dicen: Su verdadera humildad y hombría de bien con apego a cuanto es propio de este país. Muestran una dignidad común, dependen unos de otros. Están diciendo que con solidaridad es posible la convivencia humana sana, eso es lo que en parte reclaman.

Juventud estén seguros, firmes de que nunca se insiste demasiado cuando se vuelve el ineludible deber que tienen de cultivar vuestras dignas devociones personales. Digan, repitan cuantas veces sea necesario: “NO A LA CORRUPCION, A LA CARCEL LOS LADRONES”.

Esas devociones personales son los medios de que disponen para fortalecerse espiritualmente, para mantener ardiendo vuestro amor al bien común, que es la Patria dominicana.

Amen, denle vida al pensamiento y obra del patricio Juan Pablo Duarte. Ahí esta todo lo necesario para el buen vivir de los dominicanos. De seguro si aplican esa doctrina la patria que ustedes aspiran y merecen será una realidad. Estudien la obra Duarte y la Historia, escrita por Enrique Patín Veloz, colección Duartiana, Vol. V 2007.

No descuiden vuestra visión, que siempre debe ser guiada por raciocinio moral, firme y serena voluntad, aferrada a la no violencia fuerza espiritual sublime y poderosa.

Vuestra edad debe ser fecundizada por los estudios de los grandes hombre que se vencieron a si mismos para entregarse a los demás. Hagan tertulias, conozcan como la sabiduría de la no violencia de Mahatma Gandhi, libero a su pueblo, la India de la opresión inglesa.

Vayan a los sabios y filósofos griegos cuyas máximas enseñan a vivir, analicen esta sabiduría del filosofo Antistenes: “LOS PUEBLOS QUE NO DISTINGUEN LOS HOMBRES BUENOS DE LOS MALOS, ESTAN PERDIDOS. Esta insoslayable verdad es una de las causas de nuestros males sociales.

Trabajen duro, seguros de que nadie puede detener los cambios sociales políticos que la naturaleza impone. Es un camino duro, ese es su gran valor, nunca estarán solos, la recta razón tiene su origen en lo divino, si, es Dios que vive en ustedes.

En la quietud que me brinda la edad de la aceptación, escucho a Duarte diciéndoles:

“Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aun en obsequio de una patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte, no dejara de tener imitaciones; y este consuelo nos acompañara en la tumba”.

"Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa obra de nuestra regeneración política".

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