Cuando fueron a la Argentina, al traspaso de mando a la actual presidenta, Cristina Fernández, en el acto de ceremonia, Margarita Cedeño, nuestra Primera Dama, observa el gesto del esposo al colocarle la banda presidencial en el pecho a su esposa y aprovecha el momento para posicionarse. Con los labios llenos de una combinación de súplica y amor, de encanto y codicia, le dice a Leonel:
___ ¡Qué gesto más digno de imitarse!
El Mandatario Quisqueyano la mira, no ya como esposa, sino como la política en cuyo corazón palpita un solo anhelo: el deseo de mando. Como es propio en El, no se compromete, sino que usa su cerebro para ordenarle que sacara de su corazón ese impertinente, ¡por ti, mi amor, lo imposible!; usa su poder cerebral para pedirle a su palpitar que se olvide de emociones y que busque la palabra indicada para dejar clarificado aquel dilema, tan urgente. La encontró, le respondió:
___ ¡Veremos a ver qué traen los tiempos!
Ambos ganaban, bajo la luna Argentina saciaban esa aventura, bordaban de coraje el futuro. El no se comprometió sino que le dejó al destino, al maestro de circunstancias, la evolución de los acontecimientos, que evolucionarían de acuerdo a cómo El los mueva, aunque el desenlace final sea culpa del destino. Ella, a partir de esa palabra, quedaba inscrita, oficialmente, como una aspirante presidencial autorizada a mover todos los recursos del mundo, y algunos que no son tan del mundo, pero que existen.
En el tablero político aparecen los personajes: mediante el pacto Leonel/Miguel, se le dejaba ver al país que el candidato presidencial del PLD para el 2012, lo sería Danilo Medina, y que éste perdería frente al candidato del PRD, Miguel Vargas. La Reforma Constitución, ese engendro de la Diabólica Inquisición, con su artículo 30, con el derecho a la reelección indefinida, aunque con un descanso y, con una Suprema Corte de Justicia de 23 miembros, más de dos veces superior en membresías a la del imperio de Obama; esa payasada llena de maldad sería aprobada.
Por el lado del PRD todo fue luz, con una pequeña sombra: para controlar a su plebe necesitan la Ley de partidos. Por el lado del PLD, la hecatombe fue demasiado obvia, criminal si se mira desde el punto de vista de que los seres humanos deben mostrar cierta gratitud. El país entero entendió que Leonel había elegido a Miguel Vargas como su sucesor en el mando de la cosa pública. Danilo Medina allí no aparece más que como un peón bloqueado, cuya muerte, en cualquier dirección que se mueva, está pactada. Leonel, como el Salvador, retornaría en el 2016, quizás con una nueva esposa.
Cuando Leonel se dio cuanta del odio que había despertado en el PLD su actitud, su descarnada ambición personal, tan malévola que lo hizo olvidarse de que el PLD lo ha llevado tres veces al poder, hechos tan recientes, tan tocables y, a pesar de ello no han logrado despertarle gratitud hacia el partido de la bandera morada con la estrella amarilla, sino deseo de venganza, anhelo por destruir a todos aquellos que se presenten como obstáculo. Ese deseo tuvo algo novedoso: parió el Proyecto Barbie, dio a luz a Margarita Cedeño como una posible candidata presidencial, muy potencial.
De acuerdo a como iban las cosas, Danilo Medina debía correr solo, pues los demás aspirantes son funcionarios del gobierno y la popularidad de la actual Administración se encargaría de liquidarlos, y así a sido, hasta ahora. Pero, la fichas del tablero empezaron a moverse, Leonel entiende que lo que a El le conviene es que Danilo sea el candidato y que pierda, pero que para sus planes futuros lo mejor es que aparezca alguien con mayor popularidad que Danilo, alguien que lo supere dentro de las preferencias del electorado, pero que ese alguien no sea electo como candidato, sino que el PLD elija a Danilo. Así, cuando venga la derrota y se empiecen a buscar a los culpables, El diría:
—Pero yo no tuve nada que ver con eso, todas las encuestas daban a Margarita como la candidata que la gente prefería, sin embargo, el PLD prefirió llevar a Danilo, ¿Yo qué podía hacer?
La gente de Danilo, el Danipandillismo como se le conoce, descubrió el truco. Y tiene como justificación de sus opiniones el rumor de que Daniel Toribio, el del Banco de Reservas, fue el que soltó la gran billetada para que la encuesta Gallup incluyera a Margarita Cedeño como aspirante presidencial. A nadie en Quisqueya hay que explicarles la magnitud de las relaciones entre Daniel Toribio y nuestra Primera Dama, y a ningún peledeísta hay que explicarle que Daniel Toribio no cree en las relaciones entre instituciones; que no cree en el PLD, que sus negocios son con personas, muy personales, en el caso que nos ocupa, con la familia presidencial: a ellos le sirve primero, al país después y al PLD, si queda algo, normalmente nunca queda nada.
Para calmar el revuelo, la furia que había desatado dentro del danipandillismo la popularidad de la Primera Dama y el misterio de su inclusión como aspirante presidencial, Leonel convocó a una cumbre de los aspirantes presidenciales, sin invitar a Margarita, con ella se usaría el viejo truco de lograr que se hable del ausente, del que no aparece en la foto, pero falló, porque Jaime David, a quien parece que le informaron de lo que se trataría en aquella comedia, se ausentó. Así que hubo dos ausentes, no una como estaba planeado.
El danipandillismo ha entendido ahora la magnitud de la tragedia en que se encuentra. Danilo seria el que provocaría, nuevamente, la derrota del PLD, no Leonel, no el que pactó con Miguel. Y lo haría porque es incapaz de renunciar a su enferma ambición. Conociendo las encuestas, sabiendo que perdería por seguro y de seguro, no fue capaz de ceder ante nuestra Primera Dama, que si era una posible ganadora, con más posibilidades de triunfo que de derrota.
La gente de Danilo dice que la popularidad de la Primera Dama es falsa, porque esa mujer nunca ha dicho nada. Los que hemos estudiado campañas electorales sabemos que los electores primero asumen a los candidatos y luego le ponen atención a lo que estos dicen. Por esa razón el Proyecto Barbie es tan exitoso, se ha vendido como tiene que venderse, como esa bella muñeca de la que todos se enamoran. Y por esa razón, el proyecto Danilo ha tenido tanta dificultades, por eso no logra superar los 20 puntos, porque no logra encontrar una forma para que el electorado lo asuma, para que esa plebe, ávida de diversión, le cante: ¡me gusta esa vaina!
Como ya es demasiado estúpido tratar de refutar o ignorar las encuestas, el danipandillismo entonces se aferró a la ortodoxia: ella no es del PLD y para ser candidata tiene que ser del Comité Político, el Comité Político tiene que someter su candidatura al Comité Central y este organismo debe aprobarla; ellos no tienen cómo lograr eso, Palacio no tiene cómo lograr eso. El Proyecto Barbie dio ya el primer paso para acabar con esa estupidez: el Comité Político eliminó esa disposición para los candidatos a puestos congresionales y municipales. Luego se dirá que si esa disposición no se aplicó a los senadores, diputados, síndicos y regidores, mucho menos se le puede aplicar a un aspirante presidencial, sobre todo si tiene tanto potencial. Dilema resuelto.
La tragedia de Danilo y su gente crece. Palacio le viene llenando cada camino de lodo. ¿Qué hacer? La única opción que tienen Danilo y su grupo es boicotear la Reforma Constitucional, mantener el nunca jamás y pensionar a Leonel. Lograr una modificación estatutaria en el Partido donde se consigne que la persona que asume la candidatura presidencial asumirá también la presidencia del PLD.
Como a Miguel Vargas no le afecta que se mantenga el nunca jamás, sino que le beneficia, es posible que ahora El entienda que Danilo es más aliado, mejor aliado, en estos momentos, que Leonel; y juntos, usando como pretexto la Ley de Partidos, pueden boicotear la Reforma Constitucional. Ese es el panorama que ha generado el Proyecto Barbie. Y yo te digo, Barbie querida, que si tu puedes boicotear esa Reforma Constitucional en la que la mujer Quisqueyana se le reduce a niveles peores que a la dilapidación musulmana; Barbie querida, Barbie amada, cuenta con mi voto. Barbie adorada, síguele poniendo levadura a tu masa. No quiero contaminar tu conciencia, pero cuídate del Presidente, porque en ese corazón hay más ambición que agua en la Mar. El te eligió como instrumento, no como sustituta.