Estados Unidos y Cuba buscarán acelerar el servicio de correo al negociar la correspondencia directa, poniendo de manifiesto la profundización del diálogo entre los dos países, informaron funcionarios estadounidenses.
El servicio directo de correo con Cuba se suspendió en 1963, durante el auge de la Guerra Fría.
Ahora, diplomáticos de los dos países planean reunirse en La Habana para discutir la posibilidad de reanudar el servicio directo, lo que eliminaría el desvío de la correspondencia a través de Canadá o México.
Es un problema que ha abrumado a varios presidentes, desde Bill Clinton hasta George W. Bush, porque el gobierno cubano entorpeció intentos anteriores. La decisión ocurre después de las conversaciones bilaterales sobre inmigración de este verano en Nueva York, y según los expertos no es sólo un paso importante para las familias divididas, sino también una decisión política clave.
"Una carta que debe llegar en tres días demora tres o cuatro meses», dijo el escritor cubano Manuel Vázquez Portal. "Para propósitos prácticos, esto es estúpido, porque si quiero comunicarme con mi familia en Cuba los llamo o les envío un mensaje electrónico. Pero el significado que tiene es mayor».
Durante mucho tiempo, el gobierno cubano ha entorpecido las negociaciones sobre el tema, argumentando la posibilidad de que grupos de exiliados radicales puedan enviar bombas.
También ha insistido en que el servicio de correo sea una parte importante de la normalización del tráfico comercial aéreo, algo a lo que Washington se ha opuesto debido al embargo comercial. Entre los dos países sólo hay vuelos fletados.
"El correo no llega por arte de magia», dijo Vázquez Portal. "Llega en aviones y barcos, y la llegada del correo en más aviones y barcos significa algo, de modo que este paso tiene una intención comercial y política muy importante. Y sólo es la punta del iceberg».
El presidente Barack Obama levantó en abril las restricciones a los viajes que limitaban los cubanoamericanos para visitar a sus familiares en la isla. Obama también eliminó las restricciones al envío de remesas a la isla, pero todavía no ha dado a conocer las normas
Las negociaciones sobre inmigración en julio pusieron fin a cinco años de falta de contactos. Bush había suspendido las conversaciones en el 2004 alegando que Cuba no cooperaba.
Sin embargo, en el 2002 Bush también ofreció renovar el servicio directo de correo. Y Clinton hizo lo mismo en 1999.
"La gran diferencia de ahora es que parece que Cuba está dispuesta a hablar del tema, y antes nunca estuvieron dispuestos a hacerlo», dijo Phil Peters, experto en temas cubanos en el Instituto Lexington, un grupo de estudios de Virginia. "Dentro del contexto de Cuba y de todas las familias divididas, es un paso importante. También es muy importante desde el punto de vista político».
El Departamento de Estado declinó opinar sobre el tema.
Las negociaciones sobre el servicio directo de correo y la inmigración no indican que se acerque el fin de décadas de hostilidad entre los dos países.
Cuba acusó al gobierno de Obama de seguir los pasos de Bush e infringir las leyes estadounidenses al negarle la visa a Adriana Pérez, esposa del agente de la inteligencia cubana Gerardo Hernández, hallado culpable de espionaje, informó la Associated Press.
En una carta dirigida al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que circuló el lunes, Abelardo Moreno Fernández, embajador de Cuba ante la ONU, exigió que el gobierno estadounidense le otorgue a Pérez una visa humanitaria para que pueda visitar a su esposo.
Hernández es uno de los cinco agentes de inteligencia cubana que fue hallado culpable de espiar para el gobierno cubano.
El embajador cubano dijo que el 15 de julio, tras una espera de 95 días, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana le negó por décima vez la visa a Pérez, utilizando "el crudo argumento» de que "es una amenaza a la estabilidad y a la seguridad nacional de Estados Unidos», reportó la Associated Press.
Por su parte, el Departamento de Estado ha dicho que Pérez no cumple los requisitos para recibir la visa porque estuvo implicada en el caso de espionaje por el que terminó encarcelado su esposo.
Los cubanos calificaron la decisión de una "violación sistemática y flagrante de los derechos humanos y un acto de tortura contra Gerardo Hernández».