Una persona que se ha ejercitado con regularidad antes de la aparición de un derrame cerebral parece recuperarse con mayor rapidez, dicen investigadores de la Clínica Mayo de Jacksonville en Florida, quienes dirigieron un estudio nacional.
En el número de julio de 2009 de la Revista de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, los investigadores informaron que pacientes con accidente cerebrovascular que habían realizado ejercicio en forma regular antes de sufrir un derrame cerebral fueron significativamente más propensos a tener impedimentos leves y, por tanto, estaban en mejores condiciones de cuidar de sí mismos, en comparación con los pacientes que rara vez se ejercitaban.
"Parece que el ejercicio es muy beneficioso para personas en riesgo de desarrollar un accidente vascular cerebral", dice el neurólogo de la Clínica Mayo James Meschia (MD)el principal investigador del estudio.
"Muchos estudios han demostrado que el ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular, en primer lugar, y este estudio sugiere que si una persona activa tiene un accidente cerebrovascular, los resultados se pueden mejorar".
Dr. Meschia advierte, sin embargo, que se requiere un estudio más amplio para validar estos resultados, porque este estudio se realizó en base a 673 personas que habían sufrido un derrame cerebral. Un nuevo estudio podría también ayudar a aclarar si el ejercicio moderado o vigoroso es necesario para mejorar los resultados, dice.
"Tiene sentido de que una persona que se ejercitaba antes de un accidente cerebrovascular tienda a recuperarse más rápido", dice el Dr. Meschia. "Un cerebro que generalmente tiene un buen flujo de sangre y oxígeno a partir de ejercicios aeróbicos, estarán en una mejor posición para compensar los déficits neurológicos causados por un derrame cerebral”.
Los hallazgos son potencialmente importantes, añade, porque un accidente cerebrovascular es una causa común de enfermedad, discapacidad y muerte entre las personas mayores de 65 años de edad en todo el mundo. En los Estados Unidos, los accidentes cerebrovasculares llevan a más de 780.000 muertes cada año, por lo que es la tercera causa de mortalidad, y es el motivo más grave de discapacidad a largo plazo en comparación a cualquier otra enfermedad, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud.
Este estudio es uno de los primeros en examinar si los beneficios del ejercicio se extienden más allá de la prevención del accidente cerebrovascular. Los investigadores examinaron los datos recopilados por los científicos en cuatro centros – el campus de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, y en Rochester, Minnesota, la Universidad de Florida y la Universidad de Virginia – que participaron en estudio genético de accidente cerebrovascular isquémico. El estudio fue diseñado para buscar factores de riesgo heredados de accidentes cerebrovasculares.
Los pacientes que participaron en el estudio fueron tratados por ictus isquémico agudo – el tipo más común de accidente cerebrovascular, lo que provoca la muerte de las células del cerebro debido a obstrucciones en el flujo sanguíneo a una parte del cerebro.
Los investigadores revisaron un cuestionario que los pacientes habían completado en el cual se preguntó acerca del ejercicio antes del accidente cerebrovascular, y también se fijaron en las mediciones tomadas luego de un derrame cerebral y después de tres meses de ocurrido el evento.
De los 673 pacientes incluidos, el 50,5 por ciento informó de que antes de su accidente cerebrovascular, se ejercitaba menos de una vez a la semana, el 28,5 por ciento se ejercitaba de una a tres veces por semana, y 21 por ciento informó que realizaba actividad física aeróbica cuatro veces a la semana o más.
Después de considerar variables distintas de los pacientes, tales como la edad, el sexo, la raza, el peso corporal y su historial médico, los investigadores encontraron que el ejercicio no afectó el tamaño o la gravedad de un derrame cerebral, pero que modulan los resultados. En concreto, los pacientes tuvieron una mejor puntuación en las pruebas que evaluaron su capacidad para realizar las actividades diarias consideradas para vivir por su cuenta, y determinar si un paciente ha recuperado el funcionamiento normal.
"Podemos deducir que los pacientes que son activos pueden recuperar con mayor rapidez inmediatamente después de un derrame cerebral, con tendencias que apuntan a mejores resultados en tres meses de seguimiento", dice el doctor Meschia.
Los investigadores no pudieron determinar a partir de los datos del "efecto de dosis" del ejercicio – cuánto se necesita por semana para un mejor funcionamiento.
El Estudio Genético de Accidente Cerebrovascular Isquémico fue realizado con el apoyo de una subvención del National Institute of Neurological Disorders and Stroke.