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Hay que sanear el Congreso Nacional

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los últimos acontecimientos que se han producido en el Congreso Nacional y que apuntan a desacreditar las brillantes gestiones que al frente de las Cámaras Legislativas han venido llevando a cabo los abogados Reinaldo Pared Pérez y Julio César Valentín, ameritan de mucha atención por parte de la población dominicana.

Los escándalos en que se han visto envueltos diputados y senadores de los principales partidos políticos de la nación no pueden quedarse en simples denuncias, porque de no recibir las sanciones correspondientes sus malas acciones tendrán repercusiones negativas en las gestiones que han emprendido Pared Pérez y Valentín Jiminian a través de ese poder del Estado.

Los casos de acosos, malos tratos y ultraje a periodistas, la no asistencia por casi un período completo a las sesiones de la Cámara de Diputados, el uso inapropiado del famoso barrilito y los casos comprobados de nepotismo, deben recibir no solamente el rechazo de la población dominicana, sino ejemplarizadoras condenas por parte de ambas cámaras legislativas.

Esos hechos que han venido desencadenándose en los últimos años, sin lugar a dudas han ido erosionando la credibilidad y la imagen de nuestro Congreso Nacional, un poder del Estado que luego de la Reforma Constitucional que se impuso en el año 2002, se había venido recuperando en términos de imagen pública, conforme lo habían demostrado las últimas encuestas realizadas en el país.

Hoy día, contrario a lo que habían publicado las encuestas sobre opinión pública, el Congreso Nacional es uno de los poderes del Estado mayormente cuestionado por la conducta de la minoría de sus legisladores, quienes lejos de ir a servirle al país desde las Cámaras legislativas, han sido a servirse ellos y a los suyos.

De ahí es que cobra fuerza en el sentir de la población sensata de la República Dominicana, que los hechos ocurridos en el Senado y la Cámara de Diputados no pueden quedarse impunes y que tanto Reinaldo Pared Pérez, como Julio Cesar Valentín deben tomar medidas ejemplarizadoras, como las que han anunciado y contar con el respaldo de la sociedad dominicana para que esos hechos no se vuelvan a repetir.

También los electores dominicanos debemos ser más cuidadosos y dar el debido seguimiento a estos legisladores que van al Congreso Nacional a sentar los malos ejemplos a la sociedad dominicana, para que cuando nos corresponda ejercer el sagrado derecho de votar rechacemos y las saquemos del camino del progreso y el porvenir que espera nuestro país.

Lamento que legisladores como Juan Orlando Mercedes Sena, alias Harin, y otros legisladores que corresponden a las provincias de Independencia y Santo Domingo, donde me concierne hacer vida social y humana, no estén haciendo nada con los fondos de sus barrilitos, porque simplemente esos recursos no están llegando hasta las personas que verdaderamente lo necesitan, sino que son distribuidos entre sus familiares y allegados políticos.

Definitivamente, así no puede continuar nuestro Congreso Nacional y para evitar que su imagen y credibilidad continúe en descenso en el seno de la sociedad dominicana, es urgente y necesario que se haga algo cuanto antes contra quienes le han puesto en cuestionamientos por sus malas acciones.

Sin embargo, debemos reconocer que todo no está perdido y que hay legisladores y legisladoras de las diferentes bancadas representadas en las Cámaras Legislativas, que han representado dignamente las curules que los electores de sus respectivas demarcaciones les confiaron en los comicios Congresuales y Municipales del año 2006, pero que sus buenas acciones han sido puestas en tela de duda por los desmanes cometidos por una minoría que amenaza con destruirlo todo.

Saludamos y felicitamos la disposición que han mostrado los presidentes de ambas Cámaras de enfrentar esas malas acciones y les rogamos no quedarse de brazos cruzados ante este nuevo atentado a la imagen del Congreso Nacional.

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