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Mellizos atravesados pueden nacer por parto natural

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Cuando Pamela Rivera supo que estaba embarazada, decidió que tendría su bebé con una partera. La madre hondureña, residente en el poblado de Homestead, al sur de Miami, esperaba que su cuarto parto fuera natural, como los tres anteriores. Sin embargo, cuando la partera le dijo que en vez de un bebé tendría dos, Rivera tuvo que aceptar ser atendida por un médico, pues el parto de mellizos se considera riesgoso y no lo manejan las parteras.

Las cosas se complicaron aún más cuando los sonogramas mostraron que los bebés no venían de cabeza como debe ser, sino que estaban en posiciones difíciles, el uno sentado sobre el canal de parto y el otro atravesado en el vientre. Eso quería decir que el parto sería de mucho más alto riesgo. Todos los médicos que Rivera consultó le dijeron lo mismo: el parto tendría que ser por cesárea.

Rivera regresó a su partera para pedirle nuevo consejo. ¿Existiría algún médico que se atreviera a hacer nacer sus bebés por vía vaginal? La respuesta fue afirmativa, la partera le dijo que en Fort Lauderdale había un médico al cual madres que esperaban partos complicados iban a ver desde lejanos lugares del estado de la Florida y aún desde otros países, pues era famoso por su capacidad para hacer nacer naturalmente bebés que ya estaban programados para nacer por cesárea. Se trataba del Dr. Simion Tsinker, subdirector del Programa de Obstetricia y Ginecología del Plantation General Hospital, en Fort Lauderdale.

“Me emocioné mucho. Yo quería hacer hasta lo imposible para tener mis bebés en forma natural. No quería despertar de mi parto con el vientre lleno de grapas, operada. Cuando ya tenía 20 semanas de embarazo, fui con mi esposo a ver al Dr. Tsinker y él nos dio esperanza”, dice Rivera.

El Dr. Tsinker explica que tal esperanza se basó en hechos concretos.

“Si se hubiera tratado de un solo bebé en posición trasversa (atravesado), la cesárea hubiera sido la única opción. Cuando son dos bebés y el primero no es el que está en posición traversa sino el segundo, es posible intentar el parto vaginal, porque el bebé que nace primero le abre camino al que nace segundo, al cual es posible hacerle una maniobra para acomodarlo. Claro está que este era un caso súper complicado, porque el primer bebé no estaba en presentación de vertex, o sea posición normal de cabeza, en cuyo caso dilata el cuello uterino a 10 centímetros facilitándolo todo, sino que también estaba en una posición anormal. Sin embargo, no se trataba de una madre primeriza, sino con tres partos anteriores, lo cual daba más posibilidades de éxito. La Sra. Rivera era perfecta para afrontar un parto tan complicado”, explica el especialista.

El problema era que el primer bebé venía sentado. Eso se conoce como ‘presentación de nalgas’. Existen diferentes variantes de esta posición. En el caso de Rivera, ese primer bebé, que era el varón, estaba prácticamente doblado, con la cara entre las piernas, mirando hacia el frente de la barriga, lo que en inglés se conoce como posición “Frank breech”. El obstetra hizo sus mediciones, calculó las posibilidades y vio que sería posible hacerlo nacer en esa posición, y al segundo, que era la hembra, rotarla para que naciera de pie.

Un parto tan complicado sería muy doloroso, así que el experto recomendó anestesia epidural. “Si la madre no tiene tanto dolor, puede cooperar y seguir las instrucciones mejor durante el parto”, aclara el médico.

Rivera estuvo de acuerdo en recibir la anestesia epidural.

“Cuando el bebé coronó de nalgas, yo no lo podía creer que pudiera nacer así. El doctor lo sacó con una destreza asombrosa”, comenta Mario González, esposo de Rivera y quien es de origen nicaragüense.

“En estos casos se saca el bebé doblado como viene, las nalgas primero, luego los brazos y por último la cabeza”, explica el obstetra.

En cuanto a la bebita, el Dr. Tsinker introdujo la mano y el antebrazo para moverla dentro del vientre por medio de una maniobra llamada “versión podálica interna”.

“Consiste en buscar a ciegas dentro del vientre materno los pies de la criatura que está atravesada. No se puede romper la bolsa de aguas, porque la bolsa es lo que mantiene las paredes uterinas apartadas. Si se rompe la bolsa, inmediatamente las paredes de la matriz se contraen y atrapan más al bebé. A través de la bolsa de aguas que rodea y protege al bebé se va palpando. Lo único que uno logra sentir en los dedos son los talones del bebé. Cuando uno los encuentra, los sujeta fuertemente entre los dedos y los extrae hasta la vagina, los sostiene allí, rompe la bolsa de aguas y hala el bebé, de tal forma que se sacan primero los pies, luego los brazos y de último la cabeza”, agrega el galeno.

Rivera tenía la tranquilidad de que si algo fallaba, en cualquier momento el parto se podía convertir a cesárea, de forma que se salvaran ella y los bebés. Por tal razón, estos procedimientos tienen que ser realizados en un hospital. Los bebés Daniel y Andria nacieron normalmente y ahora tienen dos meses de edad y están saludables.

Estas maniobras para acomodar un bebé de forma que pueda nacer no son nuevas, ni mucho menos. La “versión podálica” se realizaba ya en tiempos de Hipócrates en la antigua Grecia. Durante la Edad Media dejó de practicarse, hasta que en el siglo 16 este procedimiento fue revivido por el francés Ambroise Paré, cirujano de reyes y guerreros.

“Los obstetras modernos deben ser proficientes en el ‘arte de la obstetricia’, no sólo en partos naturales descomplicados y en cesáreas. Nuestra especialidad requiere que el doctor maneje con maestría todas estas técnicas que son bien conocidas y están disponibles”, dice el Dr. Tsinker.

Los Rivera expresan que en estos tiempos en que la tendencia no sólo en la medicina sino en todos los campos de la vida es a realizar las cosas de la manera más rápida y fácil posible, se requiere de una gran dosis de paciencia y valentía por parte de un obstetra para esperar horas a que los bebés complicados decidan nacer, y arriesgarse a hacer todo lo posible para que lo hagan de forma natural.

Para más información escriba a INTL@hcahealthcare.com; llame al 305-222-6750; o visite hcasaludinternacional.com

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