Pittsburgh (EE.UU.).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, concluyó hoy su participación en la cumbre el G-20 en Pittsburgh, que se vio ensombrecida por las revelaciones sobre la capacidad nuclear iraní, con la afirmación de que el organismo evitó que la economía cayera en el abismo.
En la rueda de prensa con la que cerró la reunión de las principales economías del mundo, en la que actuó como anfitrión, Obama aseguró: "nos marchamos de aquí unidos", un mensaje que aplicó tanto a las medidas económicas adoptadas como a la respuesta contra los intentos iraníes de buscar armamento atómico.
A su juicio, el G-20 ha adoptado "duras" regulaciones financieras para impedir que una crisis como la actual pueda volver a repetirse y "los que abusen del sistema tendrán que asumir la responsabilidad".
Insistió en que la cumbre que finaliza hoy ha preparado el terreno para una "prosperidad a largo plazo".
Apuntó que la salud de la economía mundial era muy grave hace tan solo seis meses y destacó que las "enérgicas y coordinadas" medidas adoptadas por el G-20 evitaron la destrucción de más trabajos y que la crisis fuera peor.
Reconoció, de todos modos, que todavía queda mucho trabajo por hacer en los meses venideros y que será necesario seguir implementando medidas enérgicas para impulsar un "crecimiento equilibrado y sostenido".
Por ello, tanto Estados Unidos como sus socios del G-20 mantendrán por el momento y "hasta que la recuperación sea sólida" los planes de estímulo que pusieron en marcha para reactivar la economía.
Anunció también que el G-20 ha decidido la eliminación gradual a las subvenciones a los combustibles fósiles y celebró la decisión de aumentar el poder de voto de los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales.
Pero, si la economía ocupó la mayor parte de la declaración con la que abrió su rueda de prensa, Irán acaparó las preguntas, después de que esta mañana Obama, junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, denunciaran una planta secreta para enriquecer uranio en Irán y exigieran el acceso de los inspectores internacionales.
El presidente estadounidense afirmó hoy que "no descarta" la opción militar en Irán, pero "la vía diplomática sigue siendo el camino preferido" para persuadir a ese país de que renuncie a sus actividades de enriquecimiento de uranio.
El presidente estadounidense sostuvo que la comunidad internacional está "más unida que nunca" en ese sentido.
Obama aludió a las declaraciones rusas y chinas que instan a Teherán a colaborar con las inspecciones internacionales y declaró: "esperamos que Irán se dé cuenta" y opte por cumplir sus obligaciones.
El mandatario de EE.UU. subrayó que los datos sobre la planta, cuya existencia ha reconocido Irán en una carta al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), fueron obtenidos por los servicios secretos británico, francés y estadounidense y su fiabilidad no ofrece ninguna duda.
"La respuesta que hemos visto hoy", indicó, en alusión a los comunicados ruso y chino, "pone de manifiesto lo sólidos que son" esos datos. Irán, insistió, tiene ante sí "la opción de unirse a la comunidad internacional o continuar su aislamiento".
Obama hizo también una mención a la guerra en Afganistán, cuya estrategia se encuentra bajo revisión, y declaró que el componente militar es "solo una parte" de la estrategia para ese país.
El comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, el general Stanley McChrystal, envió a comienzos de este mes un informe de evaluación de la situación en Afganistán en el que indicó que a menos que se envíen más soldados a ese país se puede perder la guerra el año próximo.
Como parte de esta estrategia, se había decidido el envío de 21.000 soldados adicionales a Afganistán, que para fin de este año elevarán a 68.000 el número de militares estadounidenses desplegados en el país asiático.