Los medios han reflejado las expresiones del candidato a secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, Guido Gómez Mazara, quien ha denunciado a Miguel Vargas Maldonado por arrebatarle el triunfo de la convención celebrada este domingo. Algo así como: “ni en casa nos ponemos de acuerdo” y de esta manera, ya se sabe que no avanza un país.
De un lado, el partido en el poder no soluciona las tantas precariedades- y hablamos de las esenciales- que abate al pueblo dominicano. Del otro, los de la oposición, lejos de unirse para ir en bien de esas mayorías que sustentan el puesto que ocupan, se desgastan en discusiones internas y no acaban de asumir una posición que revele y propague confianza en el país.
El primer boletín de resultados de la convención del partido blanco fue objetado por Gómez Mazara, Luis Abinader y otros de sus dirigentes. Según ellos, el presidente de la Comisión Organizadora, Tomás Hernández Alberto está parcializado.
Por su parte, Orlando Jorge Mera, aseguró en la noche de este domingo que “los resultados del primer boletín emitido por la Comisión Organizadora coinciden con los cómputos de que dispone”, y que “el margen de su victoria, superior a un 20%, es incuestionable”.
Así van las cosas por este mundo, se siguen prometiendo “espíritu de rectificación” y “entusiasta colaboración con el proceso de renovación que desarrolla el presidente del partido, Miguel Vargas”; sin embargo, quienes deben ejecutar tales acciones se dispersan en discusiones y desacuerdos desde adentro.
Llámese Orlando Jorge Mera, Guido Gómez Mazara, Geanilda Vásquez… y todos los demás nombres que lideran el PRD, y los otros partidos en la República Dominicana, la pregunta sigue siendo cuánto se están desviando los esfuerzos del verdadero meollo del asunto.
Justo en estos momentos, once agentes de la DNCD, policías y militares, se encuentran detenidos por “presunta complicidad con un cargamento de 50 kilos de cocaína ocupado en el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón de Puerto Plata”.
Hablamos de más de una decena de militares y policías adscritos a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) inmersos en un delito que está royendo a la nación desde adentro, dejando a su paso muertes y hechos del narcotráfico que trascienden a tan funesta expectativa.
¿Quiénes o qué partido acabará de asumir una perspectiva de responsabilidad real frente a este flagelo de la droga, en contra de la explotación y trabajo infantil, a favor de la educación y un buen servicio de salud en la nación, entre otras realidades?
De todo esto necesitan, más que todo, escuchar en los medios las familias dominicanas, no si este u otro político se disputa un lugar en el poder… ¿Cuándo acabarán estas vainas?