El insecto más rechazado en la sociedad es la cucaracha.
Cuando califican de cucaracha a una persona lo degradan socialmente.
La cucaracha camina en la oscuridad, toma por asalto los alimentos, los contaminas produciendo enfermedades letales.
Su cuerpo es frágil, se desplaza por los escondrijos y una vez que la gente detecta su presencia, con un palo o una pisada aplasta la cucaracha.
Tiene una presencia tan importante en el mundo que inspiró una canción: “la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar porque le falta, porque le falta, la patica principal”; y esa canción se la cantan a los niños.
Parece ser que la inspiración de la cucaracha llevó a un irresponsable y asesino de reputaciones con el manto del anonimato a colocar en la World Wide web, red o sistema universal de bases de datos, un portal denominado la cucaracha que mea…que tiene un sub-titulo –la podredumbre del poder establecido-.
Ciertamente, eso es lo que aparece ahí una podredumbre con la agravante que se identifican nombres y apellidos, más los rangos y posiciones.
Su contenido es variado, desde el poder político, gubernamental, policial y militar.
Eso que se llama un pasquín que enciende el ventilador esparciendo excrementos a todos los lados y a lo largo del país, situándose en el ciberespacio de Internet.
La cucaracha que “mea” está ahí en Internet sin conocerse todavía quién o quiénes son los autores.
Por ser anónimo de una manera caprichosa y toda la mala fe posible, en círculos comentan que es fulano o zutano.
Por su contenido parece ser que quien o quienes escriben tienen fuentes de información, dominio de los asuntos policiales, militares gubernamentales, de la redacción y el lenguaje. En otra palabra, no es un cualquiera.
El domingo 27-9-09, el doctor Rafael Antún, cuando agotaba su turno en el programa radial Hablando Claro, que se transmite por Romántica FM de once a una de la tarde, donde participan Junior Sanz, el doctor Reynaldo Martínez Duarte y quien escribe, Rafael G. Santana, se refirió a este tema de “la cucaracha que mea”.
El doctor Antún narró que una reunión donde participaban altos jerarcas militares y policiales, un general que no identificó habría dicho que “el doctor Rafael Antún, es el que escribe “la cucaracha que mea”. Uno de los presentes que conoce muy bien a este distinguido médico dominicano, que pone en alto a la República Dominicana, por su decencia, solidaridad, capacidad y honradez, rechazó esa imputación.
Ese general relató todo al doctor Antùn, que con sobrada razón reaccionó indignado haciendo la advertencia de su origen árabe, y que no le tiene miedo a nada ni a nadie.
Tomar el nombre del doctor Antón para atribuirle algo de lo cual no es autor, es más que una cobardía, una irresponsabilidad y un abuso, porque él no estaba presente para defenderse.
Así, son los cobardes que se cubren en el anonimato y la oscuridad.
Por suerte, aquí nos conocemos todos, y las mujeres se conocen todas.
Me parecen que existen técnicas para saber el origen de “la cucaracha que mea”, y los organismos de inteligencia de la República deberían ocuparse de eso para que una vez establecido el autor o los autores de este libelo se establezcan responsabilidades, y los agraviados procedan.
Entre tanto, que cesen los comentarios y apunten para otro lado, porque el doctor Antún, es un hombre que cada domingo dice lo que piensa y es el presidente del multimedios Dominicanoshoy.com, donde puede escribir sobre el tema que quiera sin necesidad de encubrirse.
Al momento de cerrar esta columna, desde Argentina recibí la infausta noticia de que mi amigo, el director del periódico digital eldato.net se encuentra en un estado de salud critico. Estoy apenado y tengo al esperanza de que Reynaldo Pazos superará esta situación.
Oremos por él.