Washington.- EE.UU. expresó hoy su esperanza de que Tegucigalpa no niegue más a la misión de alto nivel de la OEA la entrada al país, a la vez que consideró que "es hora" de que el Gobierno de facto dialogue con el depuesto presidente Manuel Zelaya.
"Esperamos que esta delegación pueda entrar al país y tenga un diálogo significativo con el Gobierno de facto", indicó Philip Crowley, uno de los portavoces del Departamento de Estado.
El Gobierno de facto de Honduras negó el domingo la entrada a territorio hondureño a cuatro de los cinco miembros que formaban parte de una delegación de funcionarios de alto rango de la Organización de Estados Americanos (OEA) que viajó a ese país para preparar la vista de una misión de cancilleres del organismo.
De los cinco funcionarios, pertenecientes a la Secretaría de Asuntos Políticos y de Asuntos Externos de la OEA, según fuentes de la organización, solamente pudo entrar al país el representante del organismo en Uruguay, John Biehl.
Bielh ya había actuado como representante del secretario general el organismo continental, José Miguel Insulza, en el proceso de mediación en Honduras, dirigido por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
No obstante, Tegucigalpa aseguró el lunes que la comisión de cancilleres de la OEA podrá visitar el país el próximo 7 de octubre, e indicó que la delegación preparatoria del organismo podrá entrar al país el viernes próximo.
El objetivo de la misión es seguir impulsando el diálogo entre las partes con el fin de encontrar una solución a la crisis que vive ese país a raíz del golpe de Estado del pasado 28 de junio por el que Zelaya fue derrocado y expulsado del país.
"Es hora de que el régimen de facto dialogue con el presidente Zelaya y llegue a una solución a la actual situación", señaló Crowley en la rueda de prensa diaria.
"Valoramos los esfuerzos de la OEA por intentar buscar una solución pacífica a esta crisis", agregó.
Washington no ha visto con buenos ojos el regreso de Zelaya a Honduras, quien llegó a Tegucigalpa el lunes de la semana pasada, sin un acuerdo definitivo y previo de las partes sobre la mesa.
Así lo dejó patente el lunes el embajador en funciones de EE.UU. ante la OEA, Lewis Amselem, quien instó al depuesto presidente hondureño a comportarse como "un líder" y no como una "estrella de cine", condenando así su actuación.
Crowley negó hoy que estas declaraciones, las cuales admitió que fueron duras, representan un cambio de posición de EE.UU. acerca de la situación de Honduras.
"Hemos dicho a lo largo de esta proceso que todas las partes deben actuar de manera constructiva, evitar declaraciones provocativas o acciones que podrían desembocar en violencia e impedir la solución de esta situación", que es la firma del Acuerdo de San José, propuesto por Arias, afirmó.
Esa solución también debe desembocar en la transición hacia un nuevo gobierno que puede ser apoyado por los hondureños, explicó el portavoz.
Crowley aprovechó además la oportunidad para reiterar la importancia de que el Gobierno de Roberto Micheletti levante la suspensión de garantías fundamentales decretada la semana pasada.