El liderazgo mayor del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con el presidente Leonel Fernández a la cabeza, está actuando como una entidad monolítica movida por una estrategia esencial: ganar las elecciones de medio término, fijadas para mayo del año próximo, que tienen la particularidad que parirán legisladores, síndicos y regidores que agotarán un período y medio.
Temprano el presidente Fernández y el licenciado Danilo Medina, convinieron en no activar directamente en las promociones de precandidatura, acuerdo que luego se amplió a todos los aspirantes presidenciales de la organización.
Lo convenido fue dejar correr a todo el que expresara una legítima aspiración y en la fase definitoria del proceso auscultar el mercado con firmas encuestadoras confiables, para orientar sobre esa base la elección. Entonces el candidato en cada posición no será el que más convenga a los proyectos de cada quien, sino el que garantice el triunfo del PLD.
Por otra parte también hubo consenso en la conveniencia de una alianza con el Partido Reformista Social Cristiano y las otras entidades que forman el Bloque Progresista, pero se estableció que la regla número uno debe ser la del posicionamiento.
En principio, para dar cabida a esos convenios se han reservado para los aliados la misma cantidad de puestos que tienen actualmente y la mayoría de los que están ocupados por el Partido Revolucionario Dominicano.
En los veinticincos municipios donde el partido reformista ocupa la sindicatura, tiene la prioridad para repetir esas candidaturas, pero los casos serán examinados uno por uno con estudios de mercado a manos, porque el postulado tiene que estar por encima en la intención de votos del aspirante que pudiera presentar el PLD.
En el caso de Santiago lo acordado ha sido hacer un estudio entre los aspirantes peledeístas para encuestar al que resulte más favorecido con el actual sindico de ese municipio, para determinar si esa posición se pacta o no.
El interés de los líderes peledeístas no ha sido el de suplantar la democracia interna, coartando derechos, ha sido el poner el proyecto de la organización por encima de los intereses personales.
En la víspera del proceso de inscripción de las candidaturas, una comisión del Comité Político del PLD, encabezada por el presidente Fernández llamó a reunión, con encuestas en mano, a aspirantes senatoriales de ocho provincia para persuadirlos de evitar confrontaciones innecesarias, debido a que no habían alcanzado un desempeño en las encuestas que les permitiera superar a los senadores actuales.
La jornada fue exitosa porque en la mayoría de los casos se logró el objetivo, salvo dos excepciones en que los aspirantes a los que se les pidió que declinaran, colocaron su orgullo por encima de las metas de la organización, pese a que las encuestas muestran claramente, que podrían llevar al PLD a una derrota. Son los casos de la provincia Hermanas Mirabal y Monte Plata.
Igual conflicto se mantiene en San Juan de la Maguana, puesto que la actual síndica hizo crisis cuando le solicitaron que aspirara a una diputación, con el objeto de postular a esa posición al senador Ramón de la Rosa. Este caso se pospuso para una conversación posterior.
Esos pataleos son gajes del oficio. Lo importante es el mensaje claro de unidad que el Partido de la Liberación Dominicana ha estado transmitiendo a toda su militancia.