NUEVA YORK.- Un nuevo estudio revela que las mujeres pobres son más propensas a fumar en el embarazo, lo que explicaría una parte del aumento del riesgo de tener un parto de feto muerto.
Los resultados son "alentadores, de alguna manera", porque sugieren que ayudar a las mujeres a abandonar el tabaco eliminaría las diferencias sociales y económicas en el parto de feto muerto y la mortalidad infantil, dijo a Reuters Health el doctor Ron Gray, de la University of Oxford.
Los partos de feto muerto y la mortalidad infantil están claramente asociados con las carencias y la pobreza, señaló el equipo de Gray, autor principal del estudio, en British Medical Journal. También es conocida la relación entre el tabaquismo en el embarazo y la mortalidad infantil.
Dado que la clase socioeconómica influye en si una mujer fuma o no en el embarazo, el equipo cuantificó la relación mediante el análisis de las actas de nacimiento de bebés nacidos en los hospitales en Escocia entre 1994 y el 2003.
El análisis incluyó a 529.317 bebés nacidos vivos y 2.699 partos de feto muerto entre la semana 24 y 44 de gestación.
El 38 por ciento de las mujeres residentes en los barrios más pobres dijo que había fumado durante el embarazo, a diferencia del 13 por ciento de las residentes en los barrios más ricos.
Los autores calcularon el nivel de carencias mediante el índice Carstairs-Morris, que le asigna un número del 1 al 5 a un código postal tras incorporar los porcentajes de desempleo masculino, hacinamiento habitacional, posesión de automóvil y hogares con un integrante con trabajo perteneciente a una clase social más baja.
Los partos de feto muerto eran un 56 por ciento más comunes entre las mujeres con más carencias y esas pacientes eran un 72 por ciento más proclives a tener bebés que murieron durante el primer año de vida.
Un resultado "realmente sorpresivo", señaló el equipo, es que la probabilidad de tener un bebé vivo que murió después de los 28 días de vida, pero antes del año, fue 2,5 veces más frecuente entre las mujeres con más carencias que aquellas con menos necesidades.
El equipo determinó que fumar en el embarazo causó el 38 por ciento de la diferencia en partos con feto muerto y el 31 por ciento de la diferencia en la mortalidad infantil.
Las participantes respondieron solamente si habían fumado o no en un momento determinado. Pero los bebés expuestos al humo de cigarrillo en el útero materno serían más propensos a seguir expuestos en el primer año de vida.
Los autores agregaron que esa exposición sería "un factor de riesgo conocido" de muerte en la infancia, sobre todo de síndrome de muerte súbita del recién nacido.
"La nicotina es una sustancia muy adictiva y dejar de fumar siempre es muy difícil, en especial en el embarazo. Claramente, las personas necesitan mucha ayuda para lograrlo. Hay que invertir más en ese tipo de servicios", dijo Gray.
Pero eso no basta, agregó el investigador.
"Hay muchas otras cuestiones, como erradicar la pobreza familiar e infantil, mejorar el acceso a la salud y al cuidado de la maternidad en las mujeres de bajos ingresos, y (…) todo aquello para reducir las carencias, como los planes de renovación barrial", finalizó Gray.