NUEVA YORK.- Un estudio sugiere que tomar vitaminas B no prevendría el infarto y el accidente cerebrovascular (ACV) en personas con enfermedad cardíaca o sus factores de riesgo.
Los resultados, según ocho ensayos clínicos sobre más de 24.000 personas, respaldan las recomendaciones contra el uso de las vitaminas B para prevenir las cardiopatías.
La idea de que las vitaminas B, como el ácido fólico, la B-6 y la B-12, ayudarían a prevenir las complicaciones cardíacas deriva del hecho de que reducen los niveles en sangre de un aminoácido llamado homocisteína.
Los niveles de homocisteína aumentan en las personas con aterosclerosis, que es la acumulación de placa en las arterias que causa infartos y ACV.
Pero los investigadores desconocen si los niveles altos de homocisteína favorecen el avance de la aterosclerosis o son solamente un indicador de riesgo cardíaco. Ningún ensayo clínico demostró que los suplementos de vitamina B prevengan el infarto y el ACV.
Para reforzar la evidencia, la nueva revisión reunió datos de ocho ensayos clínicos sobre los efectos del ácido fólico, las vitaminas B-6 y B-12 o sus combinaciones.
Los ensayos incluyeron a 24.210 personas con enfermedad cardiovascular establecida (aterosclerosis o ACV previo u otras complicaciones cardíacas) o sus factores de riesgo, como diabetes, hipertensión o colesterol alto.
Los autores hallaron que sumar suplementos a la terapia médica convencional no bajaba el riesgo de infarto, ACV o muerte de los participantes en los siete años de seguimiento.
Los resultados aparecen en Cochrane Library, una publicación de Cochrane Collaboration, que es una organización internacional que evalúa investigación médica.
La revisión aporta "evidencia sólida" de que esas vitaminas B no previenen los problemas cardíacos y el ACV, dijo a Reuters Health el doctor Arturo J. Marti-Carvajal, de la Red Iberoamericana Cochrane, en Valencia, Venezuela.
La recomendación para las personas que quieren cuidar su salud cardíaca es dejar de lado las vitaminas B y optar por: no fumar, hacer ejercicio, controlarse la presión, el colesterol y el azúcar en sangre regularmente, y comer de manera equilibradas y con una dieta rica en frutas y verduras y reducida en comida rápida y otros productos poco saludables.