Ginebra.- El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el senegalés Jacques Diouf, pidió hoy triplicar el porcentaje destinado a la agricultura en los fondos oficiales de ayuda al desarrollo para terminar con el hambre en el mundo.
"Los trágicos niveles de hambruna que vemos actualmente se deben a una inversión demasiado baja en las últimas dos décadas", dijo hoy Diouf en su discurso, pronunciado en la 121 Asamblea de la Unión Interparlamentaria (IPU).
Así, el director general abogó por aumentar el porcentaje destinado a la agricultura en los fondos oficiales de ayuda al desarrollo hasta el 17 por ciento, frente al 5 por ciento que representa actualmente.
"En los años 70, el mundo invertía un 17 por ciento de la ayuda al desarrollo en sistemas de riego, carreteras rurales, almacenes, sistemas de producción de semillas, fertilizantes para plantas para evitar el hambre en Asia y Latinoamérica", recordó.
Diouf estimó que la agricultura de los países en desarrollo necesita 44.000 millones de dólares al año (29.390 millones de euros) para invertir en infraestructura y maquinaria moderna.
"Esta es una cantidad pequeña comparada con los 365.000 millones de dólares (243.805 millones de euros) invertidos por los países ricos en su agricultura en 2007, ó los 1,3 billones (de dólares ó unos 868.3450 millones de euros) que se gastan anualmente en armamento en todo el mundo", dijo.
Por otra parte, el director general lamentó que, "hoy en día, hay más de 1.000 millones de personas desnutridas en el mundo, la mayoría de las cuales viven en países en vías de desarrollo".
"Son 105 millones de personas más que el año pasado. Cada día una de cada seis personas del mundo no tiene suficiente comida para llevar una vida sana y activa como el resto", denunció.
Al respecto, señaló que en todos los continentes hay personas que pasan hambre y que, en 2009, la situación empeorará en todo el mundo.
"Si el mundo pasa hambre no es porque no se produzca suficiente comida, sino porque no se produce en los países donde vive el 70 por ciento de la población mundial más pobre", aclaró.