Le advertí al PRD, desde que Miguel Vargas sacó la cabeza como posible aspirante presidencial, que era un regalo Mal donado del PPH. Mi amigo Guido, como cabeza todopoderosa de ese PPH, sería el más llamado a sufrir sus embestidas, a pagar sus insensateces. Sufrirían también aquellos ligados a Peña Gómez, serían descalificados por estar atados al fogoso líder perredeísta, por estar amarrados en forma emocional, en forma ideal o por ligazón de sangre. Sólo si usted demostraba, con persistencia, el haberse desligado emocionalmente de Peña Gómez, podría tener un lugar, no tan sagrado pues siempre hay sospechas, en el “pelede” blanco.
La razón es que Mal donado sufre de lo que se conoce como analfabetismo emocional, enfermedad que habita en aquellos profesionales quienes, aún siendo exitosos en sus ramas, nunca leyeron obras poéticas, como novelas, cuentos, versos… Esa deficiencia imposibilito la ampliación de su espíritu, creo un robot cuya vida esta sometida al control remoto: “¡cámbienme digitalmente!”, es su lema. Ese tipo de profesional limita sus quehacer al “esto es tuyo y esto es mío…”, “tu te ganas tanto y yo me gano tanto”. La posibilidad de ver placer en las transacciones es demasiado personal, superpersonal.
Y el odio que desarrolla por aquellos que afectan o pretenden afectar su muy personal búsqueda de placer, supera los límites establecidos por el significado de esa palabra. Cuando deciden aplastar a alguien lanzan sobre sus victimas todas las fuerzas que el odio puede acumular. Y basan su estrategia en usar táctica que ponga en ridículo al adversario. Fue por esa razón que mientras el PRD se desangraba en su Convención, Mal donado enviaba una foto desde Puerto Rico en la que aparecía con un personaje, un alcalde de un pueblo lejano, sin ninguna “prestancia”.
El montaje se hizo para que la prensa, comprada y libre, destacara el hecho de que Mal donado, sabiéndose ganador, empleaba su tiempo en algo tan insignificante, pero que colocaba a sus adversarios en la posición correcta, pues a ellos no le dedicaba el más mínimo tiempo, no se lo merecen, aunque sean “compañeros”, de larga lucha.
Los estrategas y asesores del “pelede” blanco convencieron a Mal donado de que esa es la actitud correcta, pues el pueblo dominicano ha cambiado, mucho. Con “El” no tuvieron que hacer grandes esfuerzo para convertirlo en un tirano que impone la mayoría a cualquier precio, pues como hombre de negocio afectado de analfabetismo emocional, entiende que cualquier desorden pone en peligro las posibles ganancias. Así que como materia prima para que los estrategas ensayen sus teorías, el personaje es perfecto.
Los asesores les explicaron a Mal donado algo que es verdaderamente cierto: la gente no está en “perrede”. El país entiende de que si estamos atravesando una “crisis mundial”, la mejor forma de sortearla es aferrado a la paz, “cruzar el río sin cambiar de caballo”, pues constituyen una locura el que además de “crisis mundial”, tengamos desorden. Y el “perrede” solo ofrece eso: agregarle desorden a la crisis, cosa que el electorado entiende magistralmente.
Unos tras otros les presentaron los números a Mal donado: a pesar de las crisis y de las constantes denuncias de saqueos de los fondos públicos, la popularidad del “perrede” no supera la escala de 28-33.
Ello es una clara indicación de que como mínimo el “perrede” posee un déficit de 20 puntos para ganar unas elecciones nacionales, 10 si aceptamos que el candidato presidencial, con su magnetismo, puede tener entre 8 y 12 puntos por encima del partido. Pero 10 puntos amigos, son 10 puntos; esos dígitos hacen retirar al mas fiel de los inversionistas
Para que el “perrede” supere esa escala de 28-33, los asesores sugieren como solución que se haga más “pelede”; es decir, que aparezca ante el electorado como un partido sustentador del orden publico. El respaldar el articulo 30 en el reforma constitucional le dio la oportunidad de mostrar ante la diabólica inquisición su vocación de derechista, su rostro de insensible ante el dolor humano y, el apoyar el que se despoje al pueblo dominicano de su derecho divino al acceso a las riquezas naturales, lo posiciona como a alguien partidario de imponerles por la fuerza, por el uso bruto e irracional de la fuerza, el orden a la plebe: ¡O se someten o le damos candela! Preparemos porque si el Mal donado llega, habrá masacre.
El analfabetismo emocional de Mal donado lo llevo a interpretar esa propuesta como el que El debía aparecer ante la opinión publica como un hombre conservador, pues conservador y orden son la misma cosa, así lo entendió; y así a querido que todo el “perrede” lo entienda, sin darle a la educación la mas minima oportunidad.
Su analfabetismo emocional le ha impedido ver el hecho de que la disciplina del “pelede” es fruto del los más de 20 años que Juan Bosch empleo en educar, o tratar de educar, a una clase gobernante. Si a la gente no se le disciplina a través de la educación, ¿cuál otro método se puede usar? La otra alternativa es la fuerza, el uso de la brutalidad como mecanismo disciplinario. ¿Qué mecanismo hay para imponer la brutalidad como disciplina? El soborno, la corrupción, el comprar a todo aquel que puede servir. Y Mal donado tiene el dinero para hacer esas cosas, pero El no es el único rico del “perrede”, los resultados de la convención así lo demuestran.
Lo peor de todo es que los estrategas de la teoría de hacer del “perrede” un “pelede” blanco, encuentran siempre a los funestos personajes dispuestos a jugar el papel de asesinos silenciosos. El hijo del funesto Jorge Blanco es el mejor ejemplo de ello. Si la cara bonita del Opus Dei, como se le conoce, conociese ciertos aspectos de la dignidad humana, hubiese renunciado, pero no lo ha hecho, no puede hacerlo, es el hijo del Jorge Blanco y de “tal palo ta’ la astilla”.